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Las 85 empresas analizadas por Página/12, que presentaron sus balances en la Bolsa al 30 de agosto, totalizaron una rentabilidad nominal, descontado el pago de impuestos, de 29.931 millones de pesos, un incremento de 6,3 por ciento en la comparación con el mismo período. El resultado, exiguo si se lo compara con el incremento internanual registrado el primer semestre de 2014 (57 por ciento), puede explicarse porque este año los bancos no obtuvieron una ganancia cambiaria producto de la devaluación del peso, sumado a la baja del precio del petróleo y los commodities agropecuarios. Si se quitan del análisis a los bancos y las empresas vinculadas al petróleo, queda un universo de 74 compañías, cuya rentabilidad logró incrementarse en un 97 por ciento en el período enero-junio de este año.

El primer semestre de 2014 estuvo signado por dos hechos relevantes. El primero fue la devaluación del peso ocurrida en enero, en el cual hubo una depreciación de 24 por ciento en un solo día. Esto implicó enormes ganancias patrimoniales para dos grandes grupos de empresas: las exportadoras cuyos productos cotizan en dólares y el sector bancario. El segundo factor estuvo vinculado con el primero. Muchas empresas incrementaron su rentabilidad al trasladar el impacto devaluatorio al precio de sus productos. Esto produjo una aceleración de la inflación, que este primer semestre no se registró. Ya sea que la medición se haga por el Ipcnu o por la información que difunde la oposición, en el primer semestre hubo una desaceleración fuerte de la inflación.

Lo que ocurrió con el grupo de empresas agroalimentarias explica bastante lo acontecido el año pasado y el primer semestre de éste. Este sector se compone de 18 empresas. En 2013, tuvieron una rentabilidad neta de 666 millones de pesos, que se quintuplicó al año siguiente, al registrar ganancias por 3267 millones de pesos. En el primer semestre de este año, la merma de rentabilidad de este conjunto de sociedades fue de 64 por ciento fundamentalmente por la baja en el precio de la soja.

Una lectura transversal de los distintos bloques de empresas (bienes industriales, construcción, energía, agroalimentarias, bancos y servicios) permite dilucidar que las empresas que más crecieron están vinculadas al mercado interno, que sigue siendo motor de la economía local. Por ejemplo, la empresa Grimoldi, dedicada a la venta de zapatos, zapatillas y accesorios, tuvo un incremento en su rentabilidad de un 78 por ciento, mientras que sus ventas aumentaron un 50 por ciento.

La empresa Longvie, dedicada a la fabricación de cocinas, calefones, purificadores de aire, incrementó sus ganancias netas en un 153 por ciento. La empresa Musimundo, que además de vender discos comercializa equipos electrónicos, aumentó su rentabilidad en un 103 por ciento, mientras que el ritmo de ventas saltó un 52 por ciento. Y la empresa Alto Palermo aumentó su rentabilidad en el primer semestre en un 52 por ciento.

Otro sector vinculado al dinamismo interno es la construcción, que luego de su freno en 2011 a partir de la aplicación de regulaciones cambiarias, está repuntando. El conjunto de las empresas vinculadas a este sector (14 sociedades) incrementaron su rentabilidad en un 190 por ciento. En este grupo se destacaron los resultados de Consultatio (440 por ciento), Holcim (456), Irsa (166) y Pinturería Tersuave (71).