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La Cepal informó ayer que calcula para este año una caída del 0,4 por ciento en el nivel de actividad económica en América latina y el Caribe, el peor resultado desde 2009. En particular, América del Sur pasó de una expansión del 0,6 por ciento en 2014 a una baja de 1,6 por ciento este año. También cayeron fuertemente las exportaciones de la región por el lado de los precios y las cantidades y se contrajo la inversión externa e interna. Este análisis coincide con el planteo de todos los organismos internacionales y centros de estudio pero contrasta con el discurso del ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay, que en cada intervención atribuye la situación de la economía nacional sólo a los controles cambiarios. El organismo espera que Argentina crezca 0,8 por ciento en 2016.

Ayer la Cepal difundió su Informe Preliminar de las Economías de América latina y el Caribe 2015. “Es necesario retomar el crecimiento y revertir el ciclo contractivo de la inversión en un contexto de lenta recuperación mundial y caída en el comercio. En este contexto adquieren mayor relevancia las políticas fiscales activas”, indicó la secretaria ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena. A pesar de que la región no tiene “cepo cambiario”, también registra inconvenientes económicos.

La Cepal calcula que el año que viene la región va a crecer sólo 0,2 por ciento. “La región enfrentará diversos escenarios y riesgos que provienen de la economía mundial, que sin duda condicionarán su desempeño económico. En el frente externo se prevé que el crecimiento global se mantenga en 2,9 por ciento, mientras que persiste la incertidumbre sobre el desempeño de China”, dice el informe. También prevé que los precios de los commodities continúen su deterioro. En función de ese contexto, el organismo calcula que el año próximo América del Sur anote una contracción del 0,8 por ciento, explicada principalmente por la caída de Brasil y de Venezuela. El documento detalla que la inversión extranjera directa en 2015 hacia la región cayó un 22 por ciento interanual. También se redujeron un 40 por ciento los flujos financieros.

Además de la baja de las exportaciones, este año se deterioró la demanda interna. El consumo privado en América del Sur cayó 1,6 por ciento y la inversión un 7,2 por ciento, mientras que el consumo público se estancó con una leve suba del 0,1 por ciento. En la región alrededor de 1,5 millón de personas quedaron desempleadas este año, estima la Cepal, mientras que el salario real mostró un aumento del 1,2 por ciento.