La devaluación del peso comenzó a impactar en el sector productivo antes de que el Gobierno la concretara. La sola promesa de avanzar en esa dirección derivó durante las últimas semanas en aumentos de precios y escasez de mercaderías por razones especulativas. Ahora que finalmente se convalidó una suba de 42 por ciento en el dólar oficial lo que predomina en los distintos sectores es una fuerte incertidumbre sobre la magnitud de los aumentos que vendrán.

El principal temor es cómo repercutirá la devaluación en el sector de los alimentos, donde ya se han venido registrando ajustes, sobre todo en la carne y en los derivados de la harina. “La incidencia del dólar es muy diferente en cada sector. Lo único que puedo decir es que en ningún caso el traslado a precios va a ser del ciento por ciento. Las empresas de la cámara este año exportamos alimentos industriales por 27 mil millones de dólares e importamos sólo por mil millones. Por lo tanto, queda claro que estamos hablando de insumos. Hasta ahora se venían comprando al tipo de cambio oficial, pero antes de analizar cada caso habrá que ver dónde queda el dólar”, sostuvo ayer a Página/12, Daniel Funes de Rioja, presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), quien también se manifestó a favor de poner fin al programa Precios Cuidados. “Hasta el 7 de enero Precios Cuidados seguirá vigente, pero nosotros no estuvimos de acuerdo con ese programa antes ni estamos de acuerdo ahora. Creemos que se debe acordar una canasta de productos básicos y Precios Cuidados incluía muchos productos que no deberían haber estado”, agregó Funes de Rioja.

En el caso de los autos, la lista de precios que envían las terminales a las concesionarias al menos hasta ayer no se modificó. Rubén Beato, secretario general de la Asociación de Concesionarios de Automotores (Acara), señaló a Página/12 que no espera que haya grandes cambios como consecuencia de la devaluación mientras se mantenga el impuesto a los autos de lujo que aplicó el kirchnerismo. “Los modelos de baja gama no creo que aumenten demasiado porque las terminales ya los subieron mucho para compensar los valores relativamente bajos que tienen los autos que están por encima, los cuáles aumentaron menos de lo que deberían para no ser alcanzados por el impuesto interno. No creo que eso cambie hasta que se decida modificar el impuesto o subir las escalas”, aseguró. Las terminales ya iniciaron una intensa tarea de lobby para que el gobierno elimine ese impuesto o al menos modifique las escalas, lo que vendrá de la mano de fuertes subas en algunos modelos.

En el sector juguetero, en cambio, la suba del dólar se hizo sentir con anticipación. “La devaluación nos está afectando desde hace varias semanas. A partir momento en el que Prat-Gay dijo que iban a subir el dólar, los proveedores dejaron de vendernos insumos. Las petroquímicas, proveedoras del plástico, nos dicen que no tienen stock. Entre enero y noviembre veníamos creciendo un 17 por ciento interanual, iba a ser una de nuestras mejores temporadas y ahora de pronto tenemos fabricas paradas justo en la víspera de Navidad y Reyes, que es donde se concentra el 50 por ciento de nuestras ventas”, aseguró a Página/12 Matías Furio, presidente de la Cámara de la Industria del Juguete.

En el sector de la marroquinería se observan problemas similares. “Desde que ganó Macri los precios de nuestros insumos en algunos casos aumentaron hasta un 40 por ciento tomando como referencia un precio del dólar incluso más alto que el que cerró ayer. Por lo tanto, para saber cuál va a ser el impacto a partir de ahora es necesario ver cómo se estabiliza la situación”, destacó Raúl Zylbersztein, directivo de la Cámara Industrial de las Manufacturas del Cuero y Afines. “Hasta ahora no sólo hubo suba de precios sino que algunos proveedores ni siquiera estaban vendiendo mercadería. En mi caso personal me quedé sin hilo y nadie me quería vender. Los proveedores que siguieron vendiendo fueron pocos y sólo al contado, cuando antes se podía pagar a 60 o 90 días”, agregó el empresario. Los dos grandes proveedores de hilados de algodón, TN Platex y Tipoiti, redujeron sus ventas y aumentaron sus precios, mientras que la misma actitud tomó Mafissa, proveedor de hilados de poliéster. Algunas de estas firmas empezaron a comunicar ayer aumentos que llegan al 40 por ciento.

La situación de los empresarios pymes también se complicó por el lado de sus clientes debido a la expectativa que generó la posible liberalización del comercio exterior. Ford y Fiat, por ejemplo, redujeron la compra de insumos porque esperan que el gobierno de Macri les permita importar a un precio más barato del que pagan por ciertos bienes en el mercado local. Lo mismo viene ocurriendo con varios hipermercados que, por ejemplo, redujeron las compras de productos textiles y calzados o directamente las suspendieron. “En el Gobierno dijeron que van a poner fin a las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) y las van a reemplazar por las licencias no automáticas. En principio, no nos parece mal porque el esquema de protección establecido a través de las DJAI no era el más eficiente. Era un criterio financiero y de caja más que industrialista. Sin embargo, la efectividad del instrumento depende de cómo se lo aplique. Hasta ahora no tenemos ningún detalle sobre lo que vendrá porque pedimos una audiencia con el ministro de Producción, Francisco Cabrera, pero aún no nos recibió”, agregó Zylbersztein.

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