En el primer día después de la liberalización del mercado de cambios, el dólar escaló ayer un 42 por ciento hasta los 13,95 pesos, aunque hubo poco volumen negociado debido a problemas en la implementación de las nuevas disposiciones del Banco Central. Recién después del mediodía los bancos empezaron a ofrecer la opción de adquirir online la divisa pero ventas en efectivo no se concretaron porque la normativa no era clara al respecto. Finalmente, se definió que para ese tipo de operaciones habrá un máximo de 500 dólares mensuales. El Central no intervino en el mayorista aunque dejó abiertas operaciones de venta por 304 millones de dólares a concretarse hoy. Por esa maniobra de simulación fue leve la caída de reservas: el stock cedió en 14 millones de dólares hasta los 24.142 millones. Tampoco se registró el aluvión de divisas que el gobierno anticipó por parte de bancos y cerealeras, lo que se reflejó en el bajo nivel de negocios en el mercado de cambios, que contabilizó la mitad del monto de transacciones de un día habitual. El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, se manifestó conforme con la poca actividad minorista, interpretando los inconvenientes como una falta de interés de los compradores para hacerse del billete verde (ver aparte).

El gobierno de Macri presentó anteayer un conjunto de medidas financieras tendientes a desmontar la administración del tipo de cambio y dejarlo a merced del mercado. El paquete oficializado ayer por sendas comunicaciones del BCRA incluye la vuelta a un tope de compra de dólares mensuales de 2 millones. A este monto se podrá acceder vía una declaración jurada del cliente y el dinero debe provenir de una cuenta bancaria o de un cheque. Para la compra de divisas en efectivo se estableció un límite de 500 dólares al mes. Este último punto se conoció recién ayer, por lo que no se realizaron ventas en casas de cambio y bancos. Con el levantamiento de las restricciones, el gobierno había comprometido un esquema de flotación sucia, lo que implica que la autoridad monetaria realizará intervenciones diarias si lo considera necesario.

Para distraer sobre la falta de acción del BCRA, el trabajo sucio lo hizo el Banco Nación, que ofreció un primer paquete de dólares a 14,75 pesos, un valor que se tradujo en bancos y casas de cambio en un amplio rango de precios de entre 14,50 y 15. La primera transacción fue de esta institución antes del mediodía por un millón de dólares a 13,90 y los precios ya comenzaban a ajustarse al objetivo oficial en torno a los 14 pesos. El objetivo de marketing ya estaba lanzado: marcar un precio elevado al inicio de la jornada, para luego registrar un valor más bajo.

Los bancos y agencias tuvieron serios inconvenientes en el primer día de dólar libre, debido a que demoró la adaptación de sus sistemas al nuevo marco regulatorio y no quedaba claro cómo instrumentarse la operatoria en efectivo. “Hubo muchas consultas de minoristas para comprar dólares. La mayoría era para hacerlo en ventanilla con pesos. Nosotros no trabajamos contra efectivo porque también se requería cambiar el sistema para autorizar las operaciones”, explicó uno de los banqueros consultados Página/12.

Las transacciones a través de la banca online o mediante transferencia bancarias se fueron destrabando en el transcurso de la jornada, aunque el saldo fue un volumen muy bajo, que el ministro Prat-Gay pretendió mostrar como falta de interés para comprar, cuando en realidad no se podía efectuar las operaciones. Por su parte, los bancos tampoco salieron a jugar fuerte como pretendía el gobierno y se mantuvo la cautela hasta ver cuál sería el precio que se convalidaría. Esto explica que en el mercado de cambios, sumando lo operado en el físico como en el electrónico, el volumen de transacciones ascendió a apenas 125 millones de dólares, la mitad de los últimos días y casi un cuarto del monto o que se operaba hace dos meses.

Debido a las trabas operativas, la jornada de ayer no fue representativa de lo que vendrá. El precio para los minoristas, ante una demanda insatisfecha y la postura vendedora desde el inicio del Nación, no fue el resultado de un supuesto equilibrio entre oferentes y demandantes sino de la imposición de un precio al que parece aspirar el macrismo.

Los problemas no fueron sólo para los minoristas. Las resoluciones para que los bancos se desprendan de su tenencia neta de dólares llegaron tarde. Tampoco logró estabilizarse el precio para las operaciones de comercio exterior, con lo cual el ingreso de divisas de la cosecha retenida durante el anterior gobierno no se cristalizó. De los bancos se espera un aporte de 1500 millones de dólares por el desarme de cartera en dólares, mientras que los exportadores habían comprometido un ingreso de 400 millones de dólares diarios en las próximas tres semanas. “Los cerealeros casi no intervinieron en el mercado porque no quedaba clara la cotización de la divisa para este segmento”, explicó a este diario un corredor de cambios vinculado con el comercio exterior.

Lo mismo sucedió con los importadores. El punto 12 de la Comunicación “A” 5850 deroga el requisito de conformidad previa para las operaciones de importación. Sin embargo, se conoció junto al paquete de resoluciones de ayer y los bancos tampoco tenían aceitado el mecanismo para vender a sus clientes importadores. En medio de la jornada, además, se corrigió el cronograma para que los importadores regularicen el acceso al mercado para los pagos pendientes.

En este escenario de anormalidad financiera, el Central finalizó la rueda con su menor caída de reservas desde la asunción del gobierno, aunque quedaron transacciones abiertas por 304 millones para cerrarse hoy, cuando podría haber algún ingreso de divisas a reservas. En el mercado ilegal, el dólar también dibujó un precio, dado que casi no se realizaron transacciones a la espera de un acceso al mercado oficial sin restricciones. El blue retrocedió 21 centavos hasta los 14,36 pesos, con lo que se puso en línea con las cotizaciones implícitas en la operatoria de contado con liquidación y dólar Bolsa, valores de referencia para el equipo económico de Macri.