La comisión gremial de Cresta Roja, representantes del Gobierno y cinco posibles compradores de la empresa avícola participaron ayer de una audiencia informativa en el Juzgado Comercial Nº18 en la Ciudad de Buenos Aires con el objetivo de analizar las propuestas de interesados en adquirir la compañía en quiebra, en la que trabajan unos 5000 empleados. Uno de los delegados sindicales, Julio Gramajo, aseguró que “ahora tenemos una luz de esperanza (para que se destrabe el conflicto). Hay varios interesados en la adquisición de la empresa porque saben que factura bien. Nosotros producimos por día más de 400.000 pollos. No hay otra empresa en el país que maneje estas cifras”. El conflicto en el establecimiento de Cresta Roja alcanzó un pico de tensión cuando la semana pasada los obreros cortaron parte de la autopista Riccheri en dirección al Aeropuerto Internacional de Ezeiza y la Gendarmería Nacional reprimió a los operarios, causando un herido de gravedad y lesiones con balas de goma.

El sindicato bonaerense de la carne fue uno de los que presentó una primera versión de propuesta ante la Justicia para intentar destrabar la situación de Cresta Roja y volver a poner en marcha la planta. La idea del sindicato es reconvertir la planta en una entidad tripartita con participación de los trabajadores, del Estado y de una compañía privada, la cual se ocuparía de hacer inversiones indispensables para el establecimiento y conseguir nuevos clientes. El grupo empresario Proteínas Atlántico Sur sería el interesado en participar de la sociedad. La apuesta de los trabajadores del sindicato de la carne, según lo aseguró el secretario general Adolfo Silvio Etchehum, es reabrir el establecimiento lo antes posible.

La jueza Valeria Pérez Casado tiene a su cargo evaluar los proyectos para la reapertura de Cresta Roja, entre los que se encuentra la propuesta de reconversión presentada por el gremio de la carne. Las otras cuatro firmas interesadas en adquirir la productora de pollos son Tres Arroyos, Coto, Molinos y Soychú.

Luego de la represión sufrida por los trabajadores de Cresta Roja durante los cortes en la Riccheri en reclamo de la reapertura, las tensiones se apaciguaron tras una reunión entre la comisión interna y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, en donde se acordó una bolsa con productos de Navidad, alimentos para los pollos para retomar la actividad en las plantas, mantener los subsidios Repro que ya se venían cobrando actualizándolos a 4000 pesos para diciembre y dos sumas fijas de 6000 pesos a partir de enero. El objetivo central de los gremios que participan en la interna es que las 5000 familias que viven de la fábrica puedan mantener los puestos de trabajo, luego de que la firma del grupo Rasic obtuviera de la Justicia el dictado de quiebra la semana pasada.

El conflicto en Cresta Roja tiene casi dos años. Comenzó en 2014, cuando la empresa avícola empezó a aducir supuestos problemas económicos para obtener ayuda financiera del anterior gobierno, y lo hacía con amenazas de cierre ante las “dificultades financieras ocasionadas por los reclamos de los trabajadores”. La respuesta de los operarios fue la de hacer paros y bloqueos en la planta impulsados por las bases, al margen de la dirección gremial.

En los últimos dos meses se reavivó la disputa de los trabajadores por la situación de la compañía. La jueza Pérez Casado se pronunció por la quiebra de la empresa de los Rasic y dispuso la designación de un síndico que tendría la tarea de garantizar el normal funcionamiento de la fábrica, al mismo tiempo que se buscan compradores.