Los industriales están a la espera de cómo va a funcionar en la práctica el nuevo esquema de control de importaciones, que por ahora los dejó relativamente conformes, salvo reclamos puntuales de algunos bienes de capital y electrónicos. Desconocen qué tan férrea será la administración comercial y advierten que hay riesgo de que el nuevo sistema al ser más poroso abra la puerta para que en Aduana haya maniobras para hacer pasar una importación con dificultad de acceso por otra que tenga vía libre. También hay preocupación entre los pymes porque la devaluación hizo que el desfasaje entre pagos y cobros afectará al capital de trabajo, en un contexto de encarecimiento del crédito y deterioro del salario real.

La semana pasada el Gobierno derogó el sistema de Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) que marcó el ritmo de las importaciones desde comienzos de 2012. La decisión no fue sólo una cuestión de gustos, porque ese sistema estaba en jaque por el fallo adverso de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que exige al país presentar la propuesta de redefinición de la administración comercial antes del 31 de diciembre. El nuevo gobierno podría haber ganado algo más de tiempo con maniobras burocráticas en la OMC, aunque alguna modificación se volvía necesaria.

La decisión fue eliminar el sistema y reemplazarlo por las Licencias No Automáticas (LNA) sobre un conjunto acotado de posiciones arancelarias. El nuevo Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) cuenta con unas 12 mil posiciones con Licencias Automáticas, que son apenas un trámite burocrático. El resto, unas 1400 posiciones, tienen LNA que permiten formalmente dilatar la operación 60 días. Ese instrumento fue utilizado por el kirchnerismo como método de protección de la industria nacional antes de que aparecieran las DJAI. Por eso, como reza el viejo axioma peronista, la única verdad es la realidad. El Gobierno mostrará en la gestión del día a día su voluntad de proteger el empleo nacional.

Por lo pronto, los sectores industriales que compiten con las importaciones quedaron relativamente conformes porque fueron incorporados a la nómina de las LNA. “Nosotros fuimos con varias cámaras textiles a pedir cierta cantidad de posiciones. Llegamos a un consenso y nos aprobaron lo solicitado. Comprendieron que nuestro sector creció muchísimo en los últimos diez años, tanto cantidad como en calidad. Y se dieron cuenta de quién nos compite y a qué precio”, dijo a este diario Marco Meloni, de ProTejer. Sin embargo, advirtió que “el temor pasa por saber cómo va a funcionar en el día a día. Y además está el tema de la Aduana, que nos puede arruinar todo el trabajo si no está a la altura”.

Juan Cantarella, de la cámara de autopartistas, señaló que “la mayoría de las autopartes incluidas en las LNA son los productos más sensibles” y consideró que “hay posiciones arancelarias vinculadas a motores que deberían ser incorporadas en el futuro”. En Afarte, la cámara que agrupa a las empresas electrónicas, detallaron que los celulares tienen LNA, pero presentarán un pedido para incorporar los aires acondicionados.

“Nos venimos reuniendo hace un mes y medio. Todos los juguetes importados que compiten con la producción nacional quedaron adentro del sistema de protección. Arbolitos de Navidad, juguetes, pelotas, todo”, explicó el titular de la Cámara del Juguete, Matías Furio. También va a continuar el acuerdo que los fabricantes de juguetes tiene con los supermercados, por el cual la mitad de los juguetes que se venden en las grandes cadenas provienen de la industria local.

“Adimra presentó un listado de productos sensibles que fue consensuado al interior de la entidad. Si bien estamos en proceso de estudio de la medida, las posiciones relevantes y mayoritarias están incluidas entre las LNA. De todos modos, necesitamos ver cómo se gestiona”, indicó a este diario Gerardo Venutolo, titular de Adimra. Los fabricantes de bienes de capital advierten que “se incluyeron entre las LNA muchas posiciones, pero hay otras que no y tienen el mismo grado de sensibilidad. No sabemos cuál fue el criterio por lo que tenemos pendiente una reunión. Pero además, habrá que ver si esto funciona como una protección efectiva o simplemente como un trámite de importación”, señalaron fuentes del sector.

“El sector en general ha quedado bajo la órbita de las LNA. Pero estoy a la espera del criterio de aplicación de la medida. Si la voluntad es usar las LNA con la lógica de la OMC, o sea, como mero régimen informativo y no como protección a los sectores sensibles, no sirve”, dijo a este diario Damián Regalini, presidente de la Cámara de Fabricantes de Medias.

Además de los reclamos puntuales, los industriales están a la espera de cómo va a funcionar el sistema. No sólo por el grado de compromiso que tendrá el gobierno para proteger el empleo local sino por las filtraciones que podría haber a través de la Aduana, ya que el nuevo esquema de control es mucho más poroso que el anterior.