Miércoles, 27 de enero de 2016 | Hoy
ECONOMíA › EL GOBIERNO PREPARA UN PLAN DE PRéSTAMOS PARA LA VIVIENDA, PERO LA INFLACIóN LO DEMORA
Cambiemos fijó como una de sus prioridades el relanzamiento de los créditos hipotecarios. El plan es imitar el modelo chileno, con unidades de cuenta que ajusten por la inflación. La disparada de precios conspira contra su lanzamiento.
Los créditos hipotecarios fueron una de las promesas de campaña de Mauricio Macri. Hasta ahora, muchas de ellas, las que más golpean el poder adquisitivo de la población, se han venido cumpliendo: devaluación con unificación del mercado cambiario, quita de retenciones para el complejo concentrado del campo y apertura de las importaciones. ¿Por qué no se avanza con la misma velocidad en la puesta en marcha de un programa de préstamos para acceder a la vivienda? Los funcionarios de Cambiemos, entre los que se destaca el presidente del Banco Nación, Carlos Melconian, aseguran que es necesario esperar a que frene la inflación para poder lanzar estos créditos. El anuncio oficial, por tanto, debería demorarse unos cuántos meses, porque los precios en el mercado interno no sólo no desaceleran sino que tienden a incrementarse por el paquete de medidas de corte ortodoxo aplicado en las últimas semanas. La estrategia para lanzar los préstamos para vivienda, más allá de cuándo se anuncien, sería replicar el modelo de Chile, en el cual se creó una moneda indexada a la inflación diaria. La propuesta no dio resultados cuando se la quiso copiar en Uruguay.
“Debemos recuperar la cultura del ahorro y transmitirla a nuestros hijos. El sueño de la casa propia estará al alcance de todos muy pronto”, prometió el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger. Estas palabras quedaron registradas en el documento de objetivos de la autoridad monetaria para 2016, el cual fue publicado en la página de la entidad a los pocos días de asumir las nuevas autoridades. Las semanas pasan, hubo una serie de anuncios a favor de bancos (por caso, desregulación de las tasas de interés) y de grupos agroexportadores, pero el crédito hipotecario continúa sin instrumentarse, pese a que se promocionó en campaña como prioridad de la gestión. El Gobierno insiste en que los anuncios llegarán en breve.
La propuesta de los funcionarios de Mauricio Macri para poner en marcha un plan de préstamos hipotecarios sería crear una nueva moneda (una unidad de cuenta) que tenga actualizaciones en su valor en función de un índice de inflación diario. “Será una de las prioridades incentivar el ahorro nacional en moneda doméstica. Para ello, un paso fundamental consistirá en la creación de instrumentos atractivos de ahorro en pesos, que se destinen a todos los ciudadanos de la nación. Se evaluará el establecimiento de un sistema de depósitos y créditos en unidades de cuenta de poder adquisitivo constante en términos reales. El Banco Central tomará medidas concretas con el objetivo de canalizar dicho ahorro hacia una mayor y más accesible oferta de créditos hipotecarios”, prometió el titular de la autoridad monetaria. Agregó que “sólo para dar un ejemplo de lo que esto implica, vale recalcar que permitirá ese viejo anhelo de que la cuota de un crédito hipotecario sea menor a la de un alquiler”.
La estrategia de emplear una moneda (unidad de cuenta) indexada por inflación se aplicó en Chile, cuando en 1967 comenzó a emplearse la Unidad de Fomento. En ese momento tenía un valor trimestral de 100 escudos y su actualización era calculada cada tres meses. A partir de los noventa el Banco Central de Chile pasó a determinar al valor diario del instrumento financiero, lo cual se informa a través del Instituto Nacional de Estadísticas Chileno (INE). Los contratos se reajustan a partir del día 10 de cada mes y hasta el día 9 del siguiente, en forma diaria, a la tasa promedio correspondiente a la variación experimentada por el Indice de Precios al Consumidor. El mismo esquema se intentó replicar hace cinco años en Uruguay, donde se creó la Unidad Indexatoria, pero no tuvo el resultado esperado para impulsar el crédito a la vivienda.
La apuesta de Cambiemos es que en la Argentina, un país acostumbrado al uso de los dólares para las transacciones inmobiliarias, pueda emplearse un instrumento financiero como la unidad de cuenta para pesificar los préstamos hipotecarios. “En un ejemplo que no me cansaré de repetir, un crédito hipotecario de 750.000 pesos con tasa de interés de, digamos, el 1 por ciento, en unidad de cuenta, podría permitir un crédito a 30 años con una cuota de 2211 pesos y el ingreso familiar requerido de 7371 pesos”, dijo el titular del Banco Central. La idea suena atractiva. Pero la realidad, tras el apagón estadístico, es que no existe ni un índice del Indec para indexar.
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