El consumo de carne bovina en lo que va del año cayó un 5,3 por ciento en la comparación interanual, informó ayer la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra). En febrero, en tanto, el consumo creció un 0,6 por ciento frente al mismo período del año pasado. Incluso con ese pequeño repunte en el consumo interno durante el mes pasado, la producción cayó 1,1 por ciento a raíz de que las exportaciones se desplomaron. Eso contradice la sentencia macrista sobre el efecto positivo de la devaluación sobre las exportaciones y resalta la prioridad que tiene la demanda (que está a la baja en un mundo en crisis) sobre las ventas externas. Por otro lado, el informe sectorial marca que el aumento interanual en el precios de la carne es del 43,9 por ciento.

El consumo de carne bovina en el mercado interno avanzó 0,6 por ciento en relación al promedio registrado en febrero del año pasado, aunque en forma acumulada en el primer bimestre el saldo es negativo. En enero y febrero se consumieron el equivalente a 54,6 kilos anuales, un 5,3 por ciento menos que en el mismo período de 2015. Con respecto a las exportaciones, de acuerdo a las estadísticas del Senasa en enero se vendieron 9559 toneladas de carne, eso implicó una suba del 76,9 por ciento en relación a diciembre pero se mantiene un 16,6 por ciento abajo del año pasado. “Significó recuperar en forma parcial el volumen de comercio de los meses previos al cambio de gobierno”, dice el informe.

Con respecto a los precios, “en términos mensuales la suba fue de 3,9 por ciento y en la comparación interanual el avance fue de 43,9 por ciento, al tiempo que se mantuvo 2 por ciento por debajo del máximo histórico alcanzado en el cierre de 2015”, describe la entidad que representa a los frigoríficos medianos y pequeños. Con respecto de la faena, Ciccra calculó que fue de 936 mil cabezas, “lo que arrojó una baja de 0,7 por ciento mensual y una caída de uno por ciento interanual”.