“Toda la economía dejó de caer en el tercer trimestre”, aseguró el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, el lunes pasado en la 64º Convención de la Cámara Argentina de la Construcción. En un sentido similar se había expresado su par de Interior, Rogelio Frigerio. “Ya pasó lo peor en términos de actividad económica”, sostuvo a principios de agosto. Sin embargo, los datos muestran que la realidad es muy diferente al relato de los funcionarios, quienes parecieran confundir sus propios deseos con lo que efectivamente está ocurriendo. De hecho, ayer se conoció que la producción de acero crudo se derrumbó en septiembre un 27,9 por ciento respecto del mismo período de 2015 y con respecto a agosto la caída fue de 6,2 por ciento, informó la Cámara Argentina del Acero. En nueve meses, la caída acumulada interanual es del 18,6 por ciento.

En el sector atribuyen la caída a una combinación de factores donde sobresalen el retroceso de la construcción, el derrumbe de la venta de autos a Brasil, la baja del consumo de electrodomésticos y la amenaza China, país al que acusan de llevar adelante prácticas de dumping y otras maniobras de competencia desleal.

El informe revela que la producción de septiembre fue 322.100 toneladas y la acumulada en los tres primeros trimestres del año, 3.078.000 toneladas. Por ahora, lo único que permite ilusionarse son los pronósticos, que desde hace varios meses vienen errando de manera sistemática. “Si bien la actividad industrial acumula una caída de 4,2 por ciento en ocho meses, se prevé un escenario superador que deje atrás el nivel más bajo de actividad productiva del año y que comiencen a visualizarse sectores que marquen puntos de inflexión en la tendencia observada hasta ahora”, remarcó la CAC en su informe. Los principales miembros de la CAA son las siderúrgicas Ternium y Tenaris, controladas por el grupo industrial Techint, y Acindar, de Arcelor Mittal.

En este caso, los supuestos “brotes verdes” no se observan en los datos sectoriales sino en algunos productos puntuales. Como la producción de acero ni siquiera creció respecto del mes anterior, lo que remarcan es que hubo una recuperación en planos laminados en caliente, producción que, si bien cayó un 0,2 por ciento frente al mismo mes de 2015, creció un 54 por ciento en la comparación con agosto, al totalizar 336.000 toneladas. Por su parte, la producción de laminados en frío creció apenas un 1,6 por ciento en la medición interanual y un 57,1 por ciento respecto al mes previo, a 106.200 toneladas.

La situación de estancamiento en la producción de planos de laminados, siempre en términos interanuales, parece demasiado poco para entusiasmarse, por más que la comparación intermensual muestre una fuerte suba, pero lo cierto es que la CAC todos los meses busca resaltar algún dato positivo, como quien quiere aferrarse a alguna esperanza, por mínima que sea. El mes pasado la cámara había concentrado sus ilusiones, por ejemplo, en las ventas de maquinaria agrícola que venían creciendo 7 por ciento en el año.

En este caso, la contracara de los laminados planos fue la producción de hierro primario que se derrumbó de manera estrepitosa. En septiembre sumó 179.600 toneladas, lo que significó una baja de 43 por ciento respecto de septiembre de 2015 y de 1,9 por ciento con respecto a agosto. Uno de los sectores que demanda más hierro es la construcción. Si bien todavía no se difundió el indicador de septiembre, si se conoció el índice Construya que revela la venta de insumos para el sector y que el mes pasado retrocedió 17,9 por ciento en términos interanuales. Además de la retracción del mercado interno, en el sector siderúrgico hace varios meses que vienen advirtiendo por la supuesta competencia desleal que lleva adelante China.

A nivel global, en la última Cumbre del G-20 en Hangzhou, China, en septiembre, la declaración final de los líderes puso énfasis en la siderurgia al señalar que el exceso de capacidad de producción de acero, los subsidios y otros tipos de sostén de los gobiernos han impactado negativamente sobre el comercio y el empleo mundial. . El presidente chino, Xi Jinping, reconoció que en la industria del acero hay sobrecapacidad y que China, el principal responsable de dicho desbalance, se comprometía a bajar la producción de 150 millones de toneladas en 5 años, sin explicar la metodología para lograr el objetivo.