ECONOMíA
González Fraga, ministrable con programa a la medida del Fondo
Abrirá el corralito, pero los pesos se licuarán, lo mismo que el gasto público por la caída de sueldos y jubilaciones. Así habría plata para reanudar los pagos de la deuda externa.
Por Roberto Navarro
Si hoy el presidente Duhalde decidiese que el tiempo de Remes Lenicov terminó, el candidato número uno para reemplazarlo sería Javier González Fraga. Tres razones de peso lo respaldan: fue el único economista de renombre que se animó a presentar un plan alternativo; su visión de la coyuntura económica es la misma que la del FMI, y tiene el apoyo del establishment financiero. El ex presidente del Banco Central (BCRA) durante los comienzos del menemismo propone abrir ya mismo el corralito para liberar más de 30 mil millones de pesos depositados en cuentas corrientes y cajas de ahorro. Para hacerlo habría que emitir esa cantidad y entregársela a los bancos mediante redescuentos del BCRA. El economista estima que la mitad de ese dinero se iría a dólares, llevando el valor de la moneda norteamericana a cuatro pesos. La disparada del dólar generaría una enorme inflación que licuaría los sueldos y las jubilaciones que paga el Estado. Así se conseguiría el superávit fiscal primario para poder reanudar el pago de los servicios de la deuda.
Tal como adelantó Cash el domingo pasado, González Fraga es el hombre de recambio. La propuesta del economista fue contundente. Cuando vio que el FMI no le iba a dar fondos a la Argentina hasta que abriera el corralito y dejara volar el dólar para licuar el gasto público, se presentó con un plan de ese tenor. Ahora el Presidente tiene que elegir entre quedarse con Remes Lenicov, que no adhiere a la propuesta, y llamar a González Fraga, quien afirma que sabe cómo hacerlo.
El papel con el análisis de la situación y la propuesta “superadora” llegó primero a las oficinas de los principales bancos extranjeros y a la Unión Industrial. Ahora tienen una copia varios ministros, el Presidente y un grupo de diputados de la Alianza y el PJ. Los legisladores, representados por Darío Alessandro, le hicieron saber a Duhalde que no van a apoyar un plan que apuesta a la inflación para licuar sueldos. La decisión la tiene el Presidente.
Lo que sigue es el esquema completo que le acercó González Fraga a Duhalde. Es la visión de la coyuntura económica de quien podría ser el próximo ministro de Economía y el núcleo del plan de gobierno que podría implementarse si prospera su candidatura.
- El FMI no ve el paquete de ayuda como un salvavidas, sino como un premio al éxito del plan. No es esperable el desembolso de fondos en el corto plazo. Existe fuerte presión política de Estados Unidos sobre el FMI para que se cuiden las espaldas, evitando apoyar programas que terminan mal.
- La clave del éxito se encuentra en restablecer la confianza, para lo cual es crucial levantar el corralito. El riesgo es que ocurra una muerte súbita, pero el actual esquema condena a una muerte segura. La opción de no levantar el corralito implica profundizar la depresión y generar una implosión fiscal. Por lo que, a mediano plazo, por otro camino, el país se encontrará con un dólar y una inflación muy superiores.
- Al levantar el corralito se liberan 30 mil millones de pesos, de los cuales la mitad constituye demanda transaccional. El resto es esperable que vaya a dólares. La base monetaria se ubicaría en 40 mil millones de pesos. Con reservas internacionales de libre disponibilidad por 13 mil millones de dólares, sería lógico que el Banco Central intervenga cuando el tipo de cambio alcance cuatro pesos por dólar.
- El precio a pagar es una mayor inflación por el tipo de cambio más alto.
- El tamaño del paquete de ayuda del FMI, que llegaría luego de tomarse las medidas reclamadas, estará dado por el límite de lo tolerable en materia de inflación, desde el punto de vista político y social. Este límite va a determinar la cantidad de dinero que podrá emitirse sinrespaldo. El resto deberá contar con respaldo, encarnado por las reservas del BCRA y la ayuda internacional.
- El objetivo de la política monetaria debe ser la tasa de inflación, no la cantidad de emisión, como es hoy.
- Los contratos de la economía deben ser indexados hasta que se alcance una inflación mensual de uno por ciento. De allí para abajo desaparece la cláusula indexatoria.
- Una vez levantado el corralito debe liberarse la tasa de interés para que exista una tasa referencial y los bancos vuelvan a su negocio, que consiste en captar depósitos.
- Un activo financiero, alternativa de ahorro al dólar, pueden ser las letras de absorción en dólares del BCRA a muy corto plazo (una semana). Esto genera un déficit cuasifiscal.
- En el frente fiscal el problema mayor es la alta relación deuda/PBI, cercana al 90 por ciento. Esto implica que, pagando una tasa del 6% anual, se requerirá un superávit primario de 5% del PBI para atender los compromisos externos. Ese resultado será posible porque el gasto público en términos reales quedará licuado por la inflación.