ECONOMíA › NEGATIVA DE COMERCIANTES A VENDER CON TARJETA
Con híper, esperar es caro
La Coordinadora de Actividades Mercantiles Empresarias recomendó a sus afiliados suspender la venta con tarjetas de crédito. “Frente a la estampida de precios, el comerciante sufre una fuerte descapitalización a raíz de que la cobranza de cupones establecida entre 21 y 28 días, no permite reponer la mercadería vendida”, señaló un comunicado de la entidad, que recomienda adoptar una medida que afectará directamente a los usuarios de tarjeta.
En contra de lo manifestado por CAME, un vocero de la empresa emisora de la tarjeta VISA aseguró ayer que el pago de cupones de tarjetas de crédito se efectúa a los 10 días de la presentación por el comerciante, y los correspondientes a tarjetas de débito a las 48 horas. En su comunicado, la CAME agregó que la entidad informó de esta situación a la Secretaría de Defensa de la Competencia y del Consumidor, a la que se le solicitó su intervención ante las empresas de tarjetas de crédito para que el plazo de acreditación se reduzca a siete días.
También la Federación de Expendedores de Combustibles de la República Argentina reclamó cambios en las normas de comercialización a raíz de las nuevas condiciones del mercado, tras la devaluación. “El fin de la convertibilidad y la creciente devaluación del peso rompieron todo el sistema de comercialización”, señala la nota enviada por la entidad a secretario de Defensa de la Competencia, Pablo Challú. En la misma se destaca que los decretos regulatorios del mercado de los hidrocarburos se aplicaron en el marco de la Convertibilidad y con estabilidad de precios. Al romperse ese esquema, los empresarios nucleados en la FECRA entienden que “es necesaria la intervención transitoria del Estado” para normalizar un mercado con alto impacto en el resto de los sectores productivos.
Los expendedores de combustibles piden “que el Gobierno aplique la Ley de Emergencia Pública y de Abastecimiento para fijar precios internos de referencia y garantizar el normal abastecimiento del mercado”. El titular la entidad, Carlos Calabró, señaló que los importadores de combustibles “han quedado fuera de juego, algunas ya cerraron sus puertas, con lo que se cortó una de las fuentes de abastecimiento de las estaciones blancas”. Aseguró que las petroleras que no extraen crudo o lo hacen en escasa medida, dicen que el precio que deben pagar a las productoras por el combustible se ha duplicado, que trabajan a pérdida y alguna, incluso, dejó entrever la posibilidad de irse del país.
El problema, según el dirigente, se plantea a partir de que la mayor parte del mercado de comercialización lo abastecen petroleras que no están en la producción, lo que las obliga a “cupificar” las entregas a las estaciones de servicio de sus redes. Calabró acusó a “Repsol YPF y Pecom, que son las únicas que se benefician de la crisis a expensas de todo el país”. Agregó que las mismas “obtienen una super renta con la creciente devaluación del peso en sus exportaciones, a lo que suman la ventaja competitiva del costo de producción de nuestro petróleo, sensiblemente inferior al internacional”. Además señaló que “el Estado debe intervenir en la regulación de los precios internos, como ya lo hizo sobre el resto de la economía para hacer más equitativos los costos de la crisis y la devaluación”.