ECONOMíA › RATO, TITULAR DEL FMI, PIDE UN ACUERDO CON “TODOS” LOS BONISTAS
Jefe nuevo con discurso viejo
En su primera intervención como director gerente del FMI, Rodrigo Rato se ocupó de Argentina para reclamarle que reestructure la deuda acordando con “todos” los acreedores. Desde Estados Unidos, el Tesoro recomendó que el FMI no se ponga “en el medio”.
Por Claudio Scaletta
En la primera conferencia de prensa como titular del FMI, Rodrigo Rato no dejó dudas sobre su fidelidad a la línea tradicional del organismo financiero. Es “muy importante”, dijo, que la Argentina acuerde con “todos” los bonistas. También apuró para que la administración de Néstor Kirchner concrete algunas cuestiones pendientes, como la nueva Ley de Coparticipación Federal, una opinión que cae en medio de la disputa pública entre la Nación y el gobernador bonaerense, Felipe Solá. Sin embargo, el gobierno estadounidense, a través del subsecretario del Tesoro, John Taylor, opinó que el Fondo “no debe estar en el medio” de las partes que participan de la reestructuración de la deuda en cesación de pagos. Para el ministro Roberto Lavagna, en cambio, las diferencias de interpretación sobre el rol del Fondo no existen. “No hay presiones. Todos decimos lo mismo”, interpretó. En pocos días más arribará al país la misión auditora del FMI.
Tras el anuncio del Plan Buenos Aires de reestructuración de la deuda pública, el primero de junio pasado, cuyos detalles fueron publicados parcialmente en la página de Internet del Ministerio de Economía recién ayer, los negociadores argentinos quedaron a la espera de la reacción de la comunidad financiera oficial. Se aguardaba que las primeras definiciones vengan de los funcionarios que participan de la cumbre de presidentes del G-8 en Sea Island, Georgia (Estados Unidos). Sin embargo, luego de algunas declaraciones extraoficiales ambiguas, quien abrió el juego fue el nuevo director gerente del FMI. Después de una introducción halagüeña, en la que ponderó la rápida recuperación de la economía argentina, “mejor a la esperada” gracias “a la buena gestión de la política monetaria y fiscal”, Rato agregó que el FMI considera que las autoridades argentinas “necesitan hacer progresos en ciertas áreas”, entre las que destacó “los acuerdos fiscales con las provincias, el cierre de un acuerdo con todos los acreedores y el fortalecimiento del sistema financiero”.
Para que no queden dudas sobre la cuestión central, el ex ministro de Economía español volvió al punto: “El acuerdo con los acreedores, con todos los acreedores, es muy importante, es uno de los temas clave para dejar la crisis atrás y para permitir a la sociedad argentina tener acceso a los mercados internacionales de capital”, completó.
Es probable que las palabras de Rato no hayan caído del todo bien entre los funcionarios argentinos, quienes esperaban que el español, que accedió a su cargo con el apoyo simbólico de los países latinoamericanos, manifestase algún cambio en el discurso del organismo. En Economía no se ilusionaban; se conformaban con que el FMI no interfiera a favor de los acreedores para que, luego del plan de reestructuración mejorado con la inclusión de los intereses devengados, la discusión se concentre entre Buenos Aires y los bonistas. Que el director del FMI diga que se debe acordar con “todos” los acreedores cuando en el Palacio de Hacienda consideran un éxito la adhesión de dos tercios es, cuanto menos, un mal trago. Más cuando según la propuesta publicada ayer por Economía, los nuevos bonos significarán pagos en 2005 por casi 1300 millones de dólares, con un fuerte salto en 2010 hasta cerca de los 3900 millones (ver cuadros). Vale destacar que estos pagos no incluyen lo que ya se abona a los organismos, por la deuda nueva y por la que nunca dejó de pagarse. Además, siempre de acuerdo con lo publicado ayer, los bajos intereses del Plan Dubai se trocaron en un máximo del 5,25 por ciento para los bonos par, 5,96 por los cuasi par y 8,40 por los bonos descuento.
Pero el discurso de la comunidad financiera oficial no fue homogéneo. Luego de conocidas las declaraciones de Rato, el Departamento del Tesoro marcó diferencias. En un seminario en el American Enterprise Institute de Washington, en el que se trataban los desafíos del nuevo director del FMI, John Taylor explicó que el programa acordado entre el organismo y la Argentina “prevé únicamente un marco para la restructuración de la deuda soberana”. “La idea es que el Fondo no esté en medio de las negociaciones, sino que las partes avancen a partir de allí”, explicitó.
Desde Argentina, el ministro Lavagna optó por negar cualquier divergencia entre Estados Unidos y el FMI. “Cuando instan (a la Argentina) a seguir trabajando” con los acreedores “es para colocar la nueva deuda” y no para seguir negociando. “No se pueden sacar frases de contexto. Estamos diciendo todos lo mismo”, agregó. Para reforzar su interpretación, el ministro recurrió a un argumento particular. Precisó que los documentos del FMI “dicen expresamente que el organismo no participa en las negociaciones”.