ECONOMíA
Nuevo nucleamiento empresario con onda setentista, nacional y popular
Invocando el espíritu de la vieja CGE, las entidades empresarias enfrentadas al neoliberalismo sumaron fuerzas y conformaron la Central de Entidades Empresarias Nacionales. Abappra, Federación Agraria y Apyme, presentes.
Por David Cufré
La entrada principal del hotel Castelar, en Avenida de Mayo al 1100, es una puerta giratoria de madera y vidrio. Adentro, los salones son amplios, cómodos, de techos altos. Las alfombras son oscuras, a tono con el mármol y la madera que decoran los ambientes. Todo es de una elegancia antigua. También el mobiliario y unos pequeños cartelitos de bronce pintados de verde que informan sobre cada puerta qué hay en el interior: salón de fiestas, conserjería, guardarropas. En los años ’60 y ’70, el Castelar se llenaba de gente cada vez que había reunión de la Confederación General Económica, la gremial empresaria que capitaneaba José Ber Gelbard. La CGE se consideraba expresión de la legítima burguesía nacional, aliada al proyecto nacional y popular, en oposición a la Sociedad Rural y a los sectores liberales. Treinta años después, en el mismo escenario, una veintena de cámaras empresarias anunciaron ayer su alianza convocando el espíritu de la vieja CGE.
“Si nosotros no tenemos capacidad de influir, de sentarnos a la mesa de las grandes decisiones, los beneficiarios de la política económica serán siempre los mismos”, explicó Eduardo Buzzi, presidente de Federación Agraria, después de disputarse el micrófono con otro de los dirigentes que se sentaron frente al público para presentar la nueva entidad. Todos tenían ganas de hablar, de mostrar su entusiasmo, y el micrófono era uno solo. Allí también estaban Carlos Heller, titular de Abappra (banca pública y cooperativa); Francisco Dos Reis, de Apyme; Rolando Pietrantueno, del Consejo Argentino de la Industria; Carlos Martínez, de la Confederación General de la Industria, y Carlos Cámpora, del Frente Agropecuario Nacional.
Esas cámaras, junto a otras catorce, lanzaron la Central de Entidades Empresarias Nacionales (CEEN), que es la fusión de la Mesa del Empresariado Nacional Pyme (Menpyme) y de la Coordinadora Interempresarial Argentina (COINAR). “Tenemos que aunar fuerzas, armar masa crítica, para tener peso y para que nuestra palabra sea tenida en cuenta”, definió Heller. La intención de los dirigentes es ganar espacio para que la agenda económica no sea marcada siempre por los sectores ortodoxos. Desde un punto de vista, colaborarán con el Gobierno en esa misión. Y desde otro, intentarán forzar a la Casa Rosada y al Palacio de Hacienda a acelerar algunas decisiones.
Roberto Lavagna se siente cómodo debatiendo únicamente con los economistas que expresan el pensamiento conservador, pues le resulta sencillo ponerlos en evidencia después de la catástrofe de los ’90, pero en general rehúsa intercambiar ideas en público con quienes le plantean objeciones desde el campo progresista. La aparición de CEEN busca reforzar este último espacio. “Tenemos que crecer mucho más”, admitió, también, Pietrantueno, dejando clara la ambición de los miembros de la nueva asociación de ganar peso específico.
Por ahora, además de las cámaras citadas, participan AIERA (importadores y exportadores), CAI y CAIByN (indumentaria), CAIJ (juguetes), CAPAC (productores artísticos), CAO (ópticos), CATAC (transporte de cargas), CNTA (transporte), CGCyS (comercio y servicios), FABA (almaceneros), MICUNA (cultura nacional), UIC (industria de Catamarca), CGECBA (de Córdoba) y la CGE.
¿Cuál será su postura frente al Gobierno? Dos Reis lo contestó: “Estamos de acuerdo con la firmeza en la negociación con el FMI, nos parece muy bien la política de derechos humanos, nos gusta la recuperación de la soberanía marítima”, enumeró, sin intención de hacer una lista exhaustiva. “Pero este es el peor momento de la distribución del ingreso –completó– y eso es lo que hay que cambiar.” “La situación empezará a ser otra cuando el 10 por ciento más pobre de la población vea mejoras en sus condiciones de vida y cuando el 10 por ciento más rico tenga que resignarlas”, agregó.
Pietrantueno también remarcó que “nos preocupa la concentración de la economía. El número de crecimiento, ya sea el 8 o el 9 por ciento, no nosmuestra que la redistribución del ingreso haya mejorado”. La actitud de CEEN frente a la protesta social la planteó Buzzi: “No queremos que se reprima ni que se criminalice”. “El problema de los piqueteros se resuelve con trabajo y con desarrollo del mercado interno”, remató Heller. “Esto marca diferencias con otras entidades empresarias”, dejó en claro, al estilo de las viejas peleas de la CGE con otros hombres de negocios.