ECONOMíA › EL PISO DE LA PUJA POR EL SALARIO MINIMO SE ELEVO A LOS 450 PESOS
Ahora la discusión es por más dinerillos
Todo empezó con subir de 350 a 400 pesos. La CTA disparó 730, incluyendo asignaciones familiares. Los empresarios apuntaron a 424. La CGT miraba el cruce sin tirar montos, hasta que repitieron el de la CTA. Y el presidente Kirchner gatilló 450.
Las declaraciones del presidente Néstor Kirchner afirmando que el salario mínimo debería ser de 450 pesos subieron el piso de la discusión que se dará mañana en el Consejo del Salario. La puja empezó con tibios 400 pesos puestos sobre la mesa por el Ministerio de Trabajo, a la que se enfrentó la propuesta de una de las centrales sindicales de hasta 500 pesos. La Unión Industrial contraofertó 424 pesos, pero las declaraciones presidenciales dejaron en claro que la discusión era por más.
El abogado laboralista Héctor Recalde, que integra los cuadros técnicos de la CGT en el consejo, dijo a Página/12 que “el huracán Kirchner voló el techo de 424 pesos puesto por la patronal, ahora la discusión es por más”. Aunque evitó hablar de cuánto pediría la CGT, sostuvo que “no podemos ser menos que el Presidente”. También dio una pista sobre cuáles serán los temas que acompañarán la discusión por el nuevo piso de ingresos para los trabajadores formales. “Vamos a pedir el aumento de las asignaciones familiares”, adelantó.
Sin embargo, quien parece haberle levantado el piso a la CGT fue primero la CTA, que introdujo en la discusión la realidad de la canasta básica. La cifra fueron los 720 pesos para que una familia tipo de cuatro miembros salga de la pobreza. Pero 720 no fue el nuevo piso pedido. Este monto se compone con la suma de un salario mínimo vital y móvil (SMVM) de 500 pesos más dos asignaciones familiares de 110 pesos, lo que significa también abrir la discusión por el nivel de los beneficios sociales.
Ayer, en la reunión previa a la de la Comisión del Salario que se reunirá mañana, la cúpula de la CGT discutió las nuevas variables. Quedó claro que el nuevo piso serían los 450 pesos propuestos por Kirchner, un valor que la central oficial no consideró al principio de las negociaciones. Hugo Moyano había destacado que no era cuestión de “pedir por pedir y que luego los empresarios no lo puedan pagar”. Otro punto discutido fue el de las asignaciones familiares.
José Luis Lingeri, uno de los integrantes del triunvirato de “unidad” (ver aparte), dijo a este diario que el objetivo de la CGT es llegar al nivel de la canasta de pobreza, 730 pesos, pero “de manera gradual”. En este sentido, explicó que el salario no se compone sólo del mínimo, sino también de las asignaciones familiares, “congeladas desde vieja data”. También que el ingreso de los trabajadores podría complementarse con beneficios extrasalariales, como lo que aportaría “una rebaja del IVA”. Por estos días, el Ministerio de Economía analiza la posibilidad de reducir el IVA a los alimentos para estimular la demanda de los sectores más postergados.
El diputado Claudio Lozano también se mostró satisfecho por el nuevo piso de la negociación. “Kirchner les volteó la cifra a los empresarios”, afirmó a Página/12. Sobre la propuesta de la CTA para la reunión de mañana dijo que será “muy abierta”. Reconoció que el piso de 450 pesos no se encuentra muy lejos de los 500 demandados por la CTA, pero agregó que “el piso salarial no está determinado sólo por el mínimo, sino también por la retribución que reciben los beneficiarios del Plan Jefes, del que reclamó su actualización y una mayor extensión.
Por su parte, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, expresó en declaraciones radiales que “lo fundamental es recuperar la noción de salario mínimo, un concepto que estaba degradado. Ningún trabajador debe ganar menos que lo que se establece como salario mínimo por ocho horas”, destacó el titular de la cartera laboral. Además, sostuvo que “para combatir el trabajo en negro es necesario que exista un salario digno por ocho horas de trabajo”. Por eso, expresó su voluntad de “trabajar muy duramente” para acabar con el empleo en negro y para “terminar con la impunidad” de quienes recurren a esta metodología.
También agregó que debe dejarse atrás la evaluación del salario como “costo laboral” porque, en realidad, el sueldo es “dignidad” para los trabajadores, además de “un motor importantísimo en el crecimiento de la economía”. Por ahora, parece existir un consenso tácito entre una parte del Gobierno y la mayoría de los representantes sindicales de que el nuevo piso para la discusión está en 450 pesos. Ahora sólo resta saber si los empresarios aceptarán un valor que, en algunos casos, puede obligar a rediscutir convenios colectivos.