ECONOMíA › AUMENTO EN ASIGNACIONES Y PAGO
EXTRA DE JUBILACIONES Y PLANES SOCIALES
Reparto de mil millones a fin de año
Los beneficiarios serán los asalariados que cobran asignaciones, tanto públicos como privados, los 3.287.000 jubilados y pensionados y las casi 2.100.000 personas que reciben planes sociales. La medida había sido negada cuando la divulgó la CGT. Las asignaciones suben 50 por ciento para los sueldos de hasta 2025 pesos.
Por David Cufré
Son 1000 millones de pesos, rescatados de un superávit fiscal record de 20.000 millones, que alegrarán el cierre del año de jubilados, beneficiarios de planes sociales y asalariados con haberes mensuales de hasta 2025 pesos. El Gobierno distribuirá entre todos ellos subsidios especiales que se pagarán en diciembre por única vez y elevará en un 50 por ciento las asignaciones familiares de manera permanente. “Volcaremos 1000 millones a manos del pueblo”, anunció Néstor Kirchner con satisfacción. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, precisaron la novedad: más de tres millones de jubilados cobrarán junto a la próxima liquidación de haberes y del medio aguinaldo una asignación fija de 200 pesos, mientras que más de dos millones de personas alcanzadas por los planes sociales recibirán 75 pesos.
Las mejoras venían siendo discutidas en el Gobierno desde hace más de un mes. Kirchner se enojó cuando la CGT filtró algunos datos y recalcó que no dejaría que nadie le impusiera la agenda, sino que él mismo elegiría el momento. Y la forma, porque el Presidente tuvo que optar entre los diferentes esquemas que le proponían sus ministros. Finalmente, se quedó con las propuestas de Tomada y Fernández y dejó de lado la de Roberto Lavagna, quien resultó marginado a la hora de los anuncios. El ministro de Economía consideraba que, en lugar de aumentar los valores y los topes que rigen para el pago de las asignaciones familiares, era conveniente liquidarlas con una suba sólo en diciembre, como ocurrirá con las sumas fijas para jubilados y beneficiarios de planes sociales.
“El paquete de medidas está dirigido al sector de la población más desfavorecido”, valoró Tomada. “Apunta a mejorar la distribución del ingreso”, agregó Fernández. Ambos se presentaron desde la sala de conferencias de la Casa Rosada para dar a conocer la buena nueva. En concreto, consiste en lo siguiente:
- Jubilados y pensionados: Todos aquellos que perciben haberes de hasta 3100 pesos cobrarán en diciembre por única vez una asignación de 200 pesos. La liquidación se hará con el cronograma adelantado que ya comunicó la Anses e incluirá en un solo pago la jubilación habitual, el medio aguinaldo y el subsidio. En total, son 3.287.000 personas. Quedan afuera 12.000 pasivos que ganan más del tope, la mayoría de ellos conocidos como jubilados de privilegio. Aquellos que tienen beneficios múltiples (jubilación y pensión) cobrarán sólo 200 pesos por uno de ellos. Los que cobran la mínima recibirán en mano en diciembre 662 pesos, contra 225 de diciembre del año pasado.
- Planes sociales: Todos los beneficiarios de ayuda social por parte de la Nación recibirán en diciembre, también de manera excepcional, 75 pesos. Se trata de 1.627.000 personas anotadas en el Jefas y Jefes de Hogar y 467.000 del resto de los programas.
- Asignaciones familiares: Se aumentan un 50 por ciento, pero se lo hace de manera retroactiva a octubre. Es decir, en la liquidación de haberes de noviembre se tomarán los nuevos valores y la Anses girará la compensación por octubre. Se mantienen los montos diferenciados en función de los sueldos, a pesar del pedido de la CGT para unificarlos. Quienes ganan hasta 724 pesos pasan a cobrar 60 por hijo de asignación familiar, mientras que para los salarios de entre 725 y 1224 pesos la asignación llega a 45, y de 1225 a 2025, a 30. El Gobierno subió el tope hasta 2025, desde 1724. Se toma siempre el sueldo bruto.
La medida impacta sobre 1.669.905 personas, entre quienes se encuentran 1.200.000 trabajadores del sector privado (con 3.200.000 hijos), 149.000 del sector público (con 305.000 hijos) y 149.000 jubilados y pensionados con cargas de familia. El resto son beneficiarios del seguro de desempleo. La mejora en las asignaciones es la única medida de carácter permanente.El Gobierno precisó que los 200 pesos para los jubilados tendrán un costo fiscal de 659,9 millones de pesos, mientras que los 75 pesos para los beneficiarios de planes sociales demandarán 154 millones y el incremento de asignaciones llevará hasta fin de año 187 millones. En 2005, la suba de asignaciones costará 747 millones. La Anses utilizará el superávit que acumuló hasta ahora para cubrir el pago a los jubilados y el incremento de asignaciones.
Una posibilidad que analizó el Gobierno fue subir también los sueldos de los trabajadores del sector privado por decreto, pero finalmente la idea fue desechada. Fernández aclaró puntualmente que no se avanzará por ese camino, como sí hizo el Ejecutivo en otras ocasiones. Tampoco habrá aumentos para los empleados públicos. Igualmente, la CGT avaló las medidas. Susana Rueda, integrante del triunvirato de la conducción, admitió que las mejoras no abarcan “todas las demandas” de los trabajadores, pero, aclaró, “están marcando con claridad que cuando hay recursos el Gobierno los envía a sectores más necesitados”.
Tomada reconoció que el aumento de asignaciones se hizo retroactivo a octubre, porque “así se había comprometido el Gobierno con la CGT”.
Desde sectores empresarios también se escucharon voces en favor de la acción oficial, sobre todo en lo que hace al aumento de asignaciones, que son cubiertos por el Estado sin ocasionar a las empresas ningún costo adicional. Alberto Alvarez Gaiani, presidente de la Unión Industrial, dijo que el ajuste “fue favorable”, pero insistió en que una eventual suba de los sueldos por decreto “no podrán afrontarla todos los sectores”.
Para completar el abanico de los involucrados en el anuncio, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, les informó a los dirigentes piqueteros afines al Gobierno Luis D’Elía, Jorge Ceballos y Emilio Pérsico las medidas que poco después se darían a conocer. “Es una medida tomada en un momento importante, en el que la economía se ve acorralada por los intereses extranjeros”, dijo D’Elía, sabiendo de la probable protesta del FMI y los acreedores.