ECONOMíA › KIRCHNER FIRMO EL DECRETO DEL CANJE. LAVAGNA YA ELIGIO BANCO
La oferta ya no tiene marcha atrás
En la city se tranquilizaron. El Gobierno avanzó con el canje. El Bank of New York más cerca de volver. Y se espera un nueva demora hasta la aprobación de las comisiones de valores de EE.UU. e Italia.
Por David Cufré y Claudio Zlotnik
Después de tres semanas de sinsabores en relación con el canje de la deuda, el Gobierno consiguió practicar ayer sus primeros movimientos positivos para reencauzar la situación. Néstor Kirchner firmó dos decretos por los cuales se formaliza el proceso de reestructuración. La norma le da sustento legal a la propuesta y reglamenta en cinco anexos de casi quinientas páginas toda la operación. El Ministerio de Economía, por su parte, tiene todo listo para anunciar un acuerdo con el banco que oficiará como coordinador del canje. Sería el Bank of New York, el mismo que Roberto Lavagna acusó hace veinte días de formar parte de una conspiración contra Argentina para forzar al país a conceder mayores pagos a los acreedores. Lo hizo el día que tuvo que suspender la iniciación del trueque de bonos, prevista entonces para el 29 de noviembre.
El jefe de Hacienda deslizó ayer a la mañana, al participar del anuncio del aumento de sueldos, que por la tarde informaría oficialmente la elección del coordinador. Sin embargo, prefirió mantener el suspenso y desde su cartera señalaron que “el banco todavía no está elegido”. Pero también afirmaron que el proceso de selección está “muy avanzado”. Otras fuentes del equipo económico admitieron a Página/12 que ya se llegó a un acuerdo con el Bank of New York.
La imposibilidad de arreglar con otra entidad financiera internacional y el apuro por encontrar quien sea el soporte de la operación, y de ese modo evitar una nueva postergación del canje, terminaron por inclinar la balanza a favor del Of New York. No fue gratis. El Gobierno accedió a dos demandas centrales planteadas por el banco: recibir un pago por adelantado y aumentar el monto de la comisión. Los dos pedidos habían sido los que llevaron al equipo económico a romper relaciones a fines de noviembre. El banco también pretendía que se firmaran los decretos para formalizar la reestructuración, lo que hizo ayer Kirchner. Allí se ratifica la emisión de títulos por 41.800 millones de dólares, a cambio de otros en cesación de pagos por 82.000 millones, y el reconocimiento de los intereses devengados hasta el 31 de diciembre de 2001.
Las tareas del Of New York serán las de fiduciario y agente del canje. Es decir, se encargará de recibir los títulos en default y de repartir los nuevos bonos entre los acreedores. El equipo económico negoció con el JP Morgan y con otros más chicos como el Law Debenture para que asumieran esas responsabilidades, pero no tuvo suerte.
La pregunta ahora es si al Gobierno le alcanzará el tiempo para cumplir con su objetivo de arrancar el canje el 17 de enero. Una versión que circuló ayer entre bancos de inversión de Wall Street es que la operación se demoraría unos quince días. Cerca de Lavagna, por el contrario, se mostraron confiados. Pero admitieron que el principal obstáculo a sortear es la aprobación de la reestructuración por parte de la comisión de valores italiana (Consob). El organismo remitió nuevas consultas sobre aspectos técnicos y el equipo económico tiene pocos días para responderlas. Si no lo hace, la Consob se tomaría otros treinta días para dar su autorización. En tal caso, se presentaría la disyuntiva de avanzar con el canje sin poder lanzarlo en Italia o resignarse a cambiar otra vez su fecha de iniciación.
El Of New York se plantó ante el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, en que no tiene sentido arrancar la operación dejando a 400.000 bonistas italianos fuera de ella. Se repetirían, a menor escala, las complicaciones que llevaron al Gobierno a desistir en noviembre pasado de realizar el cambio de bonos sólo en el mercado argentino. Las trabas que pone la Consob –un organismo de carácter técnico, pero permeable a presiones políticas– demuestran la falta de apoyo del Grupo de los Siete a la oferta argentina a los acreedores. Si ese respaldo existiera, alcanzaría con que el gobierno de Silvio Berlusconi se lo hiciera saber para terminar con las dudas.