ECONOMíA › LA UIA Y LA CGT, CON EL CONSEJO SOCIAL ESPAÑOL
Un espejo allende los mares
Por Raúl Dellatorre
La experiencia española de un consejo económico-social está siendo seguida de cerca por la Unión Industrial Argentina y la CGT. Ayer, directivos de ambas entidades recibieron al titular del mencionado consejo, Jaime Montalvo Correa, y lo acompañaron en tres entrevistas sucesivas con otros tantos ministros del Ejecutivo. “Después del respaldo que recibió el Gobierno en estas elecciones, es momento de buscar mecanismos de consolidación del modelo”, señaló a este diario uno de los popes empresarios. “Es necesario tener ámbitos de discusión de temas como el empleo o las políticas sociales, para llegar a consensos que puedan ser tenidos en cuenta por el Gobierno”, comentó a su vez un vocero del sector sindical.
Representantes de la UIA y la CGT habían tomado contacto con sus pares españoles en un encuentro mantenido en Madrid, dos semanas atrás, para conocer de cerca los antecedentes del Consejo Económico Social en ese país. Tanto la CGT como la UIA ven la oportunidad de aprovechar aquel modelo para generar un espacio similar en Argentina, desde donde incidir en las políticas sociales y económicas a través de recomendaciones al Congreso y al Ejecutivo.
Montalvo Correa fue recibido por las cúpulas en pleno de ambas entidades. En el almuerzo que le ofrecieron en Azopardo 802, participaron el consejo directivo en pleno de la CGT y media docena de directivos de la UIA, con sus principales dirigentes –Héctor Méndez, Héctor Massuh y José Ignacio de Mendiguren– a la cabeza. Un núcleo más chico acompañó al visitante además a la entrevista con Julio De Vido, por la mañana, con Carlos Tomada, después del almuerzo, para cerrar su itinerario oficial en el Palacio de Hacienda, donde lo recibió Roberto Lavagna.
Las cúpulas de la CGT y la UIA coinciden en promover lo que denominan “un diálogo social”, un ámbito donde consensuar políticas que vayan más allá del salario mínimo –actualmente resorte del Consejo del Salario– y sean tenidas en cuenta por las autoridades nacionales. Los impulsores de la idea se cuidan de evitar que la propuesta “pueda ser interpretada como un intento de imponerle al Gobierno un grupo de presión”, y sostienen que en la actual etapa, su rol sería el de acompañarlo y apoyar la consolidación del modelo vigente. Por eso, la experiencia del modelo español es considerado un antecedente válido y, además, oportuno, teniendo en cuenta la muy buena relación existente entre la administración Kirchner y la encabezada por José Luis Rodríguez Zapatero.