EL PAíS
“El Presidente se equivocó al apoyar a De la Sota”
El intendente de la ciudad de Córdoba, Luis Juez, cuya fuerza se convirtió en la segunda de la provincia, expresó su apoyo a Kirchner, pero afirma que se equivocó al respaldar al gobernador.
Por Camilo Ratti
Desde Córdoba
No fue el ganador, pero no le fue mal. Su partido perdió en la general por bastante menos de lo que decían las encuestas, volvió a aplastar al delasotismo en la capital, su distrito, por quince puntos de ventaja, se llevó los tres diputados que quería, creció en el interior y se recibió de partido provincial, desplazando a la UCR como alternativa de poder de cara a las elecciones del 2007. Contento, tranquilo de saberse triunfador el domingo con el segundo puesto, Luis Juez recibió a Página/12 en su despacho al otro día de las elecciones y se animó, como de costumbre, a hablar de todo. De Kirchner, de De la Sota, del radicalismo, de sus futuros rivales para la gobernación y del país que se viene luego del triunfo K.
–¿Qué significó para usted esta elección?
–El convencimiento y la ratificación de un rumbo y una manera de hacer política que me enorgullece y lo digo con absoluta soberbia. No vamos a parar hasta que instalemos como moda la ética y la decencia en la forma de hacer política, que es la transparencia en la gestión pública. Sacamos un excelente resultado en el interior provincial sin construir nada todavía, lo conseguimos por rebote de lo que hicimos en la capital. Si a lo obtenido le sumamos organización, territorialidad, discurso, metodología e instrumentos para enfrentar a los caudillos departamentales, podremos construir una organización sin precedentes, un partido provincial.
–¿Esperaban un resultado así o los sorprendió?
–Sí, nosotros no mentimos nunca, dijimos que íbamos a ganar por 15 puntos la capital y así fue.
–¿Qué cosas debe hacer el Partido Nuevo para remontar los trece puntos que le sacó el delasotismo si es que quieren gobernar la provincia?
–Erigirnos en los lugares donde tuvimos votos, pero no tenemos contención política. Agarrar el mapa de la provincia y construir políticamente. Ir a todos lados, darle impulso a la gente que armó en el interior. Además, tenemos una ventaja: en dos años se eligen intendentes o jefes comunales, no nos podemos equivocar en el tipo que elijamos para ese espacio, el que elijamos tiene que ser inexorablemente el mejor vecino del pueblo.
–¿Esta elección fue el certificado de defunción del radicalismo cordobés?
–Creo que el radicalismo no tiene ganas de recuperarse. No puede estar en la casa radical esperando lo cómputos con Angeloz u otros dirigentes que ya cumplieron su ciclo en el partido. Si no te animás a mandarlos a su casa, quiere decir que no hay voluntad de cambio.
–¿Cuál va a ser la actitud de su partido en el Parlamento, teniendo en cuenta que el presidente apoyó a su rival?
–Es la segunda vez que Kirchner no nos apoya y se equivoca.
–¿Se equivocó el Presidente o cosechó por ambos lados?
–Claro que se equivocó en Córdoba y hay que decírselo, porque lo contrario sería un acto de obsecuencia que no me lo voy a permitir. Como también hay que decir que no vino a esta ciudad capital a hacer campaña, lo que fue un espaldarazo para mí, y eso se lo agradezco, hubiera sido mucho más difícil competir con él.
–¿Habló con el Presidente?
–Hablé con su círculo íntimo y pienso hacerlo con él el jueves, vamos a ver..., de todas maneras, yo lo entiendo al Presidente cuando me dice “juzgame con lo que haga en octubre del 2007”. Pero sigo pensando que se equivocó al darle tanto vuelo a un gobernador que prometió seis diputados nacionales y le llevó cuatro.
–¿Quién piensa que será su rival para la gobernación, Accastello o Juan Schiaretti?
–Accastello no tiene chance, pero será el candidato. Parece un contrasentido, pero será candidato porque no tiene chance. Schiaretti tiene peso propio pero con tropa ajena. Puede ser un general pero sin tropa no va a ningún lado. Y De la Sota se encargó de que todos sus generales no tengan tropa. Accastello tampoco la tiene, pero tiene menos prurito que Schiaretti y eso le garantiza al gobernador más obsecuencia.
–¿Prefiere competir con alguno?
–Con los dos, puede ser una buena fórmula (risas).
–¿Cómo analiza las elecciones nacionales?
–Ha quedado un país fragmentado con un fuerte liderazgo del Presidente. Un país con un claro escenario de manejo presidencial, que se dio un gran gusto: desmontar parte del engranaje de la peor de la política como es la bonaerense. Duhalde es más peligroso atrás del biombo que en el gobierno. También son positivas las derrotas de Menem y Barrionuevo. Creo que Kirchner no puede dejar de aprovechar esta oportunidad. El discurso de Cristina del domingo es el discurso para los próximos ocho años. Habla de un país plural, que se construye de manera transversal, donde se pueden incorporar otros sectores fuera del peronismo sin obligarlo al Presidente a vivir la liturgia del peronismo. Su fortaleza no vendrá del PJ, no lo necesita a Duhalde, se rompió el mito más grande que tenía. Hoy es momento de sumar otros sectores.
–¿Y usted se encuentra entre esos sectores?
–Sí, y tengo muchas esperanzas, y no por haberle ganado a De la Sota, que es parte del pasado, sino porque a Kirchner se le dio lo que quería. Ahora llegó la hora de jugar y demostrar que se puede armar un proyecto nacional, salir de la locura. Me pareció excelente la elección en Capital Federal, porque te da un límite. Allá está Macri, acá todos nosotros. Es más, yo no sé si De la Sota no termina confluyendo en el proyecto de Macri. Por ahora no, porque necesita gobernar pero después..., lo veo más cerca de ese proyecto que de Kirchner.