El Ministerio de Economía trabaja para adelantarse al día D. El 31 de enero próximo vencen los acuerdos de precios alcanzados con buena parte de los sectores productivos y comerciales críticos. Los colaboradores de Felisa Miceli esperan que los próximos días estén cargados de buenas nuevas. Al tope de las expectativas se encuentra el anuncio del congelamiento por un año, con revisión bimensual, del precio de la carne que, según confirmaron fuentes empresarias a este diario, podría alcanzarse hoy.

En materia de precios cárnicos, los pronósticos que, tanto el sector privado como el Gobierno manejaban a principios de diciembre se cumplieron. El último mes de 2005 no trajo grandes aumentos para los consumidores y los precios de la hacienda en el mercado de Liniers bajaron. También acorde a los pronósticos, enero trajo nuevas bajas. La sequía de las primeras semanas del mes, ya finalizada, obligó a muchos productores a enviar hacienda al mercado, lo que reforzó la oferta en un momento de baja estacional de la demanda.

Pero esta baja no llegó todavía a los consumidores. En las carnicerías y otras bocas de expendio minorista, como los supermercados, los precios siguen inflexibles a la baja, particularidad de la cadena de valor en la que los técnicos de Economía deberán seguir trabajando. Fuentes de la industria frigorífica estimaron que lo único que sucede es que, frente a la menor demanda, las carnicerías aumentan los márgenes de comercialización para mantener sus niveles de ingreso. Pero no es esta “anomalía” lo que se encuentra en el centro de la discusión entre privados y Gobierno. La cadena cárnica sigue demandando retrotraer la situación impositiva al momento en que las retenciones eran del 5 por ciento, lo que significa rebajarlas en 10 puntos desde el 15 por ciento actual, y que se restablezcan los reintegros de alrededor del 5 por ciento a las ventas al exterior.

Aunque la negociación entró el pasado viernes en un cuarto intermedio, fuentes oficiales reconocieron este fin de semana la disposición gubernamental a rever la situación impositiva del sector. En realidad, el acuerdo no pudo alcanzarse el pasado viernes, porque las partes no lograron consensuar en qué medida se reducirían las retenciones. Tanto representantes de Economía como de los frigoríficos confían en que el consenso se logrará entre hoy y mañana, aunque se descarta un regreso a retenciones de sólo el 5 por ciento con reintegros que las licuaban. Es posible que la solución, como es propio de toda negociación, se ubique en algún punto intermedio.

A cambio de la rebaja impositiva a las exportaciones, el sector privado aceptará un convenio similar al ya firmado la semana pasada por el Ejecutivo con algunas empresas, entre ellas las del sector lácteo.

Según reseñaron a este diario fuentes del Palacio de Hacienda, se trata de pasar de los acuerdos generales y de corto plazo que se establecieron a fines de 2005 a “convenios de mediano plazo” que incluirán el seguimiento “conjunto y permanente” de los precios y condiciones de mercado. El objetivo es el citado congelamiento de los precios actuales –ya no se habla de rebaja en los cortes populares– por un año con revisión cada dos meses o “cuando las condiciones lo ameriten”. En particular se tratará de detectar e individualizar los cambios que puedan impactar en los costos de producción y, en consecuencia, en los valores pagados por los consumidores. De la misma manera se hará hincapié en el comportamiento interno de la cadena de valor a fin de detectar anomalías, como por ejemplo, las maniobras especulativas en materia de comercialización. Siempre según los funcionarios, el análisis permanente de la cadena de valor servirá también para adelantar medidas de política económica cuando sea necesario.

También esta semana, Economía espera anunciar un acuerdo con los supermercados que amplíe el congelamiento de precios en vigencia para más de 280 productos a 500. Una negociación que, en principio, aparece como más difícil, pero que esta vez el Palacio de Hacienda emprenderá a nivel de empresas y no de cámaras, a fin de garantizar de manera más efectiva los compromisos que se consigan.