El Gobierno dio ayer un paso importante para controlar las tensiones inflacionarias de marzo: llegó a un acuerdo con los productores de útiles escolares, indumentaria y calzado para que mantengan estables sus precios. El objetivo del Palacio de Hacienda es repetir tanto este mes como el próximo lo que ocurrió en enero, que el costo de vida se ubicó por debajo del nivel de 2005. Febrero del año pasado había terminado con un alza del 1 por ciento. Si en esta oportunidad queda algún escalón por debajo, Felisa Miceli empezará a ganar la pulseada del trimestre, considerado clave por los analistas. El equipo económico lo cree muy posible. Incluso trascendió que la ministra dijo ayer durante un almuerzo con senadores que la inflación de febrero será menor a 1,0 por ciento, aunque algunos de los participantes lo negaron.

El convenio con los fabricantes de útiles, indumentaria y calzado para el colegio quedará redactado entre mañana y pasado, una vez que el Gobierno y los industriales definan exactamente los productos involucrados. Lo que ya quedó establecido es que los precios serán los mismos que rigieron en octubre último.

Así como la inflación de enero está determinada por el rubro esparcimiento y, en particular, por el turismo, en la de marzo influye el rubro educación. El Gobierno no tuvo éxito para anticiparse a las subas por las vacaciones, que de hecho llevaron el Indice de Precios al Consumidor del mes pasado varios peldaños más arriba de lo previsto, hasta 1,3 por ciento (aunque menos que el 1,5 de enero de 2005). El Ejecutivo no quiere que le ocurra lo mismo el mes que viene.

Con respecto a la situación del turismo, el secretario del área, Enrique Meyer, admitió que “durante enero se cometieron excesos”. Lo dijo en Chubut, al firmar un acuerdo para mantener estables los precios en esa provincia de ahora en más.

Néstor Kirchner y Miceli firmaron ayer otros convenios. Uno fue con la compañía Aguas Danone, que se comprometió a no modificar los valores de su agua mineral sin gas de un litro y medio Villa del Sur, y agua con gas Waikiki, de dos litros. La empresa no incluyó, en cambio, su marca líder Villavicencio. El segundo fue con la firma Industrias Químicas y Mineras Timbó para sus variantes de Celusal gruesa, de un kilo, y sal fina de medio kilo. “El acuerdo es de mantener los precios durante un año, siempre que no tengamos aumentos de costos en el período”, indicaron.

La agenda de Miceli contempla para pasado mañana la difusión de la lista de productos rebajados que se pactó con las grandes cadenas de supermercados. Ese convenio se firmó hace una semana, pero todavía resta conocer la canasta de artículos con descuentos. En esta oportunidad, incluiría casi 300 productos, contra los 228 del entendimiento anterior.

La ministra defendió ayer durante un almuerzo con la bancada oficialista en el Senado la estrategia heterodoxa de lucha contra la inflación. Y dijo que es “optimista” respecto de los resultados de febrero. Traducido a números, eso implica que la inflación se ubique por debajo del 1,0 por ciento. Sin embargo, la ministra no quiso dar cifras en esas reunión, según enfatizaron algunos de los senadores presentes (ver aparte). El equipo económico, de todos modos, está esperanzado en que se logrará aquel objetivo.

La ministra y el secretario de Coordinación, Lisandro Salas, dedicaron la mañana a la entrevista con los productores de útiles escolares, indumentaria y calzado. El presidente de la Confederación General Económica (CGE), Marcelo Fernández, actuó como vocero del encuentro. El dirigente dejó en claro que la reunión giró en torno de los precios que maneja la cadena industrial y no los comercios minoristas ni los supermercados, que en la mayoría de los casos se encuentran stockeados desde octubre del año pasado.

“Se trabajó con la cadena industrial y le hicimos saber al Gobierno que nosotros, como sector pyme, ya hemos vendido toda la producción a precios de octubre del año pasado y, en consecuencia, no habría motivos para queel consumidor comprara los artículos escolares a mayor precio durante marzo”, recalcó Fernández. Los fabricantes de útiles advirtieron especialmente por el comportamiento de los hipermercados. Los de calzados, por su parte, se quejaron por el aumento de insumos básicos provistos por la petroquímica Solva-Indupa, compañía que ya se encuentra bajo investigación de la Comisión de Defensa de la Competencia –junto con otras cuatro empresas del sector– por supuestas maniobras anticompetitivas. “Si las pymes tenemos los mismos precios del año pasado, la cadena comercial no tendría ningún motivo para aprovecharse de la situación estacional y aumentarlos”, insistió Fernández.