ECONOMíA › SUBIO 10 POR CIENTO LA HACIENDA

Culpa de la lluvia

Para los consignatarios fue simplemente la copiosa lluvia, que habría impedido la afluencia normal de ganado al Mercado de Liniers. Para los carniceros, es la restricción impuesta por el Gobierno de faenar animales chicos lo que restó este tipo de cabezas. Lo cierto es que el precio de la hacienda ayer subió algo más del diez por ciento y la incógnita es qué pasará ahora en las carnicerías.

Desde el primer día de marzo subió de 260 a 280 kilos el peso máximo de los animales que Agricultura admite faenar, lo que acota la oferta de ganado en pie. A juicio de Alberto Williams, titular de la Asociación de Carnicerías de la Capital Federal, esta dificultad para conseguir animales chicos sería lo que ayer desbarató un mercado que está muy firme en su tendencia a la alza.

Ayer habrían entrado a Liniers alrededor de 9600 cabezas, una cantidad no despreciable. Esto es lo que le da sustento a la teoría postulada por el carnicero, para quien el problema es la escasez del tipo de animales que se consume preferentemente en la Capital: en la última jornada de la semana, el peso promedio de los vacunos estuvo en torno de los 310 kilos y el precio por kilo llegó a los 2,80, superando los límites previstos en el acuerdo que algunas entidades ruralistas y frigoríficos se avinieron a celebrar con el Gobierno.

En ese pacto que no pudo incluir a todos los actores de la cadena, se contemplaba que el precio del kilo vivo en el mercado de Liniers no superase los 2,40 o 2,50 pesos. Pero los valores alcanzados ayer demuestran que aquella pretendida malla de contención resulta poco eficaz. Justamente, el de la carne es uno de los sectores más díscolos a la hora de sellar un acuerdo para estabilizar los precios que no dejan de subir.

La clave de qué pasará ahora en las carnicerías está en lo que suceda el lunes. “Los carniceros no estamos en condiciones de absorber más subas. Si la carne nos llega con aumento, vamos a tener que corregir los precios hacia arriba”, sostiene Williams, para quien el mercado está “muy firme” en su carrera ascendente.

La complejidad de la cadena hace que no haya una conexión directa entre los dos extremos. En buen romance, esto significa que una suba en Liniers no necesariamente significa carne más cara en los mostradores y góndolas, salvo que los mayores precios de la hacienda se mantengan. Para despejar la incógnita de esta ocasión, habrá que ver qué pasa el lunes.

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