ECONOMíA › LOS BRASILEÑOS BUSCAN LLEVAR CALMA
Despejando fantasmas
La prioridad política de Brasil parece ser transmitir calma para no amplificar la crisis. Ayer parecieron coincidir en un esfuerzo en tal sentido el presidente del Banco Central, Arminio Fraga, y el economista del Partido de los Trabajadores Guido Mantega. Al finalizar una gira por Europa, Fraga aseguró que sin importar “quién gane las elecciones, los incentivos para que las políticas sólidas se mantengan, permanecerán”. Mantega, asesor del candidato presidencial Luiz Inácio Lula Da Silva, mencionó como una de las prioridades del programa económico de un eventual gobierno del PT “el mantenimiento del superávit primario para hacer frente al pago de los intereses de la deuda”.
El titular del Banco Central brasileño visitó Londres y París para tratar de calmar los temores de los inversores ante las últimas turbulencias financieras. Y también aprovechó para despejar fantasmas relacionados con la posibilidad de que Lula acceda a la presidencia de la Nación. “Hemos aprendido mucho de nuestra historia reciente”, señaló Fraga en París para destacar la importancia que se le asigna en su país a las políticas económicas previsibles, y destacó que es importante que Lula se haya comprometido con medidas económicas ortodoxas en una carta abierta publicada el pasado fin de semana. “Es importante porque Lula es el que encabeza las encuestas, y que él salga a decir esto tan claramente es un paso muy importante”, dijo Fraga. El candidato del PT aventaja en unos 15 puntos al predilecto del gobierno y de los mercados, José Serra.
En la mencionada carta, el candidato del PT anunció que respetará los compromisos financieros adquiridos por Brasil. En similar sentido, el economista del PT y asesor de Lula, Guido Mantega, señaló como prioritarios algunos objetivos de neto corte ortodoxo. Mencionó “la inflación controlada” y “superávit primario” en las cuentas del Estado “para hacer frente al pago de los intereses de la deuda” como ejes principales, en el mismo nivel de las políticas de fomento al crecimiento y la baja en las tasas de interés.
“Queremos un cambio”, aseguró Mantega, pero abogó porque “la transición de un modelo a otro sea tranquila, basada en principios de responsabilidad, respeto de los compromisos asumidos y estabilidad”.