El Banco Central dispuso ayer minimizar los incentivos con que los bancos cuentan actualmente para captar depósitos en cuenta corriente e impulsar así la migración del ahorro constituido en dichas cuentas hacia los depósitos a plazo fijo para promover el financiamiento de la inversión productiva. La medida regirá a partir de octubre.

Lo que decidió la entidad que conduce Martín Redrado es bajar de 50 a 35 por ciento la proporción de la tasa Blandar (la que se paga por depósitos de más de un millón de pesos a 30 días), el límite de tasas que las entidades financieras pueden pagar por una cuenta corriente sin ser penalizadas con un encaje de 100 por ciento. En un comunicado, el Central aclaró que la decisión responde al objetivo de “mantener el equilibrio de incentivos entre las cuentas a la vista remuneradas y los Fondos Comunes de Inversión de Plazo Fijo, siendo que ambos instrumentos tienen características similares y no deben significar una alternativa que atente contra el objetivo de extender el plazo de los depósitos del sistema financiero”.

La de ayer es la tercera reducción dispuesta durante el año. La primera entró en vigencia en febrero, mientras que en abril se introdujo la segunda al bajar la tasa de 75 a 50 por ciento. En marzo también se había dispuesto una suba de los encajes para los depósitos a la vista al mismo tiempo que se había eliminado la remuneración de esos encajes y mantenido los encajes para los plazos fijos, lo que había impulsado un pasaje desde las cuentas a la vista hacia ese tipo de inversión.

La profundización de esta política busca favorecer el alargamiento del plazo de los depósitos, a través de una separación entre los depósitos de dinero de características transaccionales y las colocaciones con fines de ahorro, de modo que el mayor volumen y plazo que provengan de la disminución de los saldos en cuentas a la vista contribuyan al financiamiento de la economía con créditos de duración más prolongada.