El Indec confirmó que el índice de precios al consumidor aumentó en octubre 0,9 por ciento, algo superior a lo esperado, con lo cual la inflación acumulada durante los primeros diez meses del año suma ocho por ciento. Con estos números en la mano, en el Gobierno todavía confían en cerrar el año con una inflación de un dígito; es decir, inferior al 10 por ciento. Ayer, por primera vez el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, se animó a los pronósticos: dijo que la inflación anual estaría por debajo de la pauta anual del 11 por ciento fijada en el presupuesto. En octubre, el alza de precios estuvo motorizada por frutas y verduras e indumentaria. También se detectaron incrementos en turismo, como consecuencia del fin de semana largo.

El costo de la canasta básica alimentaria, que mide la línea de indigencia, aumentó en igual proporción que el IPC (0,9 por ciento), con lo cual llegó en octubre a 395,27 pesos. El dato revela que, a diferencia de otros meses en que el precio de los alimentos crecía menos que el índice general, el mes pasado la inflación golpeó por igual a los más pobres.

En octubre, el gran salto de precios se dio en frutas y verduras frescas, que arrastró todo el rubro alimentos y bebidas. De hecho, entre los productos que más se encarecieron se cuentan tomate redondo (46 por ciento), mandarina (16 por ciento), limón (15 por ciento), zapallo (10 por ciento), naranja (10 por ciento), manzana (casi 9 por ciento).

“El valor mensual de la inflación está fuertemente influido por variaciones en productos estacionales. Estos han pesado más que el año pasado. En octubre de este año representaron el 51 por ciento de la variación total, mientras que el año pasado representaron sólo el 35 por ciento”, explicaron fuentes del Ministerio de Economía. En octubre de 2005 la suba de precios fue de 0,8 por ciento.

Pese a las amenazas oficiales, los precios de la indumentaria volvieron a aumentar por encima del índice general. Después de las fuertes remarcaciones de septiembre por el cambio de temporada, en octubre el precio de la ropa se encareció 2,1 por ciento y casi duplican la inflación en lo que va del año: 15,4 por ciento.

Aunque sin un peso significativo en el IPC, el mes pasado también hubo subas importantes en los precios de los yogures (5,4 por ciento), y de los fideos (2,1 por ciento), producto este último de gran impacto en la canasta de los pobres. En cambio, la carne volvió a mostrar leves caídas entre los principales cortes relevados por el Indec. El precio de la merluza, uno de los sustitutos de la carne, no aumentó en octubre, pero en lo que va del año acumula un incremento del 16,4 por ciento.

En el Palacio de Hacienda destacan que el acumulado del 8 por ciento registrado entre enero y octubre “significa que la inflación de los primeros diez meses de 2006 se mantiene 1,8 punto porcentual por debajo de la acumulada en igual período del año pasado”.

Las fuentes agregaron que los “precios regulados” –aquellos que forman parte de los acuerdos impulsados por el Gobierno con el sector privado– “se ubican levemente por debajo del acumulado de 2005; al tiempo que los precios de bienes y servicios estacionales continúan por encima de la inflación general y en 2006 han variado más que en 2005”. Así, la interpretación oficial dejaría libre de culpa y cargo a los empresarios por los aumentos de precios: “La variación en la oferta en estos productos estacionales se ve afectada, mayormente, por razones independientes a la decisión empresaria y a la demanda”, dicen en el equipo de Miceli.

En octubre, los precios mayoristas crecieron sólo 0,2 por ciento. Pero en lo que va del año se alinean prácticamente con la inflación minorista. El costo de la construcción, en tanto, aumentó por debajo del IPC: 0,7 por ciento. Pero en los primeros diez meses del año, duplica la inflación minorista: 16,3 por ciento, y en el último año se eleva por arriba del 20 por ciento. En la construcción, las mayores subas este año se dieron en la mano de obra (20,3 por ciento) y en materiales (13,8 por ciento).