Sábado, 4 de noviembre de 2006 | Hoy
EL PAíS › NEGOCIAN UNA POSIBLE REUNION ENTRE NESTOR KIRCHNER Y TABARE VAZQUEZ
El canciller Jorge Taiana y su par uruguayo, Reinaldo Gargano, compartieron el almuerzo. Luego, este último dijo que estaban trabajando para que se concrete la reunión entre los presidentes. El jefe de gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, señaló que su país “favorecerá el entendimiento”.
Por Fernando Cibeira
Desde Montevideo
En medio del clima tenso auspiciado por el corte –y el muro– en Gualeguaychú y Colón, desde Uruguay surgió una línea de negociación en el conflicto bilateral por las papeleras. Los cancilleres Jorge Taiana y Reinaldo Gargano estuvieron juntos y compartieron un almuerzo, en el que también habría tenido participación el español Miguel Angel Moratinos. El jefe de gobierno José Luis Rodríguez Zapatero –alma mater de esta Cumbre Iberoamericana– sorprendió al adelantar que “sin dudas” el tema de las papeleras se tratará aquí y que el papel de España será favorecer un entendimiento. Luego, Gargano citó a una conferencia de prensa en la que expresó su deseo de un encuentro de presidentes. “Estamos trabajando para que se concrete esa reunión”, sostuvo. Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez compartían anoche una cena en honor al secretario general de la ONU, Kofi Annan, aunque en mesas diferentes. La posibilidad de contacto estaba latente aunque, a esta altura, anticipar el próximo acto en la enrevesada trama de este conflicto ya resulta una quimera.
Hubo un cambio en el discurso de los funcionarios uruguayos. El día previo, Tabaré había descartado cualquier posibilidad de diálogo en tanto hubiera cortes de ruta y muros en construcción. El contraste con el Gargano de ayer fue evidente: “Yo quiero que se reúnan. Que se reúnan y hablen no quiere decir que se negocie”. Y se mostró a favor del diálogo entre ambos países. “Que haya contacto, vínculo y que terminemos con este problema. Parece insólito que nuestros dos países vivan esta realidad”, sostuvo el canciller.
Los funcionarios uruguayos se mostraron más propensos que los argentinos a contar los avances de los contactos. Así se supo del diálogo abierto entre los cancilleres durante buena parte de la mañana en la que compartieron la actividad propia de la cumbre, que se prolongó en un almuerzo donde tuvieron un aparte. La presencia de Moratinos en ese contexto explicaría en parte las palabras de Rodríguez Zapatero en sus declaraciones en una atiborrada conferencia de prensa. En uno de los muchos desajustes de organización de este evento que se notaron ayer, el jefe de gobierno fue destinado a una sala de estrecha capacidad mientras que, al mismo tiempo, los artistas que participarían de la ceremonia hablaban en una más grande.
“En la medida de sus posibilidades, España favorecerá el entendimiento” entre Argentina y Uruguay, dijo Rodríguez Zapatero. Explicó que su gobierno “siempre optará por un principio de diálogo y entendimiento, en este caso entre Uruguay y Argentina”.
Era difícil discernir cuántas de estas expresiones tenían el aval de los presidentes, o eran corazonadas de los funcionarios en cuestión. Por ejemplo, en la presidencia uruguaya aseguraban que las declaraciones de Gargano eran más una posición personal que otra cosa. “Tabaré sigue muy enojado”, aseguraban, poniendo distancia sobre la posibilidad de un encuentro.
Así y todo, el uruguayo tuvo una frase amable con Argentina en el discurso inaugural de la Cumbre. Vázquez desarrollaba el tema de la migración, el eje de debate de la convocatoria. “Nadie migra por deporte”, explicaba, en referencia al sufrimiento de quien decide abandonar su país. Habló de la situación de Uruguay y del agradecimiento que se debe dar a los países que reciben a sus habitantes. “Más de 300 mil uruguayos han recibido un respaldo invalorable de la comunidad argentina”, subrayó.
Si Tabaré había imaginado la frase como un gesto de buena voluntad hacia Kirchner, le falló. El presidente argentino llegó tarde y no participó de esa ceremonia. Fue directamente a la cena que se ofreció en honor del secretario general de la ONU, Kofi Annan. No les tocó la misma mesa. Tabaré estuvo en la principal, con el rey Juan Carlos, Rodríguez Zapatero, Enrique Iglesias y la presidenta de Chile, Michelle Bachelet. Kirchner se ubicó en una de las laterales. En una ocasión similar, justamente durante la asunción de Bachelet en Santiago de Chile, fue que Kirchner y Tabaré se cruzaron y armaron un encuentro para el otro día. De allí salió la resolución –luego fallida– en la que establecían un mecanismo de negociación que incluía el fin de los cortes de ruta y la paralización de las obras en las papeleras.
Al cierre de esta edición, era tan probable que la historia pudiera repetirse como que no. En principio, los únicos encuentros que Kirchner tiene confirmados para hoy son a las 9.45 con Annan y dos horas después con Rodríguez Zapatero. El encuentro con el español fue casi el motivo del viaje de Kirchner a Montevideo y lo que lo decidió a no sumar su nombre a la lista de los presidentes ausentes. En la agenda previa, Kirchner y Rodríguez Zapatero tienen previsto un amplio temario que va desde la deuda de mil millones de dólares que Argentina mantiene con España hasta la situación de las muchas empresas de capitales ibéricos en el país como Aerolíneas Argentinas, YPF-Repsol o Telefónica. Cada vez que se encuentran, Zapatero suele pedirle opinión a Kirchner sobre la región, casi siempre sobre los últimos movimientos de Hugo Chávez o Evo Morales. En esta ocasión, todo lo indicaría, la cuestión de las papeleras –que Argentina insiste en circunscribir a un problema bilateral– podría aparecer.
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