Abrumado por la falta de datos negativos, el ex presidente del Banco Central Javier González Fraga ironizó que “Argentina se convirtió en un país aburrido: no hay crisis bancaria, no hay corralito ni corralón, ahora el dilema es si el país crece al siete o al cuatro por ciento anual”. En el mismo encuentro, sin embargo, el titular de una de las organizaciones empresarias más grandes del país, Paolo Rocca, se ocupó de demostrar que todavía se pueden hallar signos alarmantes, al advertir que las importaciones desde Brasil y China pueden convertirse en “una amenaza real al crecimiento” si se mantienen en los niveles actuales.

“La industria doméstica está dejando un amplio espacio a las industrias brasileña y china, que pueden representar una amenaza real, concreta al crecimiento”, aseguró Rocca al cerrar el Quinto Seminario ProPyme de la Organización Techint, que se llevó a cabo en Puerto Madero. El industrial dijo que “existe un déficit comercial neto muy sustancial con Brasil, de más de 6600 millones de dólares este año, y con China de 3000 millones.

En total son 9600 millones de dólares de importación neta de manufacturas de origen industrial en un país que tiene un producto industrial en el orden de los 33.000 millones”, comparó.

El encuentro, que parecía hasta ahí convocado exclusivamente para resaltar el buen momento económico y en particular el excelente clima para el desarrollo de las pyme, pareció cambiar abruptamente de tono. Más de 500 empresarios habían disfrutado de la presentación de González Fraga destacando que “por primera vez en 40 años las pyme no tienen una crisis a la vista”. Pero cerraron la jornada bajo el signo de alarma justamente del anfitrión, el número uno del grupo Techint.