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La Cámara de Comercio Automotor presentó al secretario de Industria, Carlos Leone, una propuesta para reeditar el Plan Canje, en sus versiones I y II. A semejanza del régimen que se había creado bajo la gestión de Carlos Menem, y que se prolongó en la de Fernando de la Rúa, los concesionarios de autos aspiran a que se instrumente un programa de desguace de autos antiguos que permita a sus propietarios comprar unidades nuevas.
Según propuso la Cámara, el nuevo programa debería sacar de plaza a las unidades de más de diez años de antigüedad que “perturban la seguridad del tránsito y contaminan el ambiente”. Los coches con más de una década deberían ser sometidos a desguace; a cambio, el tenedor tendría que recibir un bono nominativo y endosable, que podría aplicar a la compra de un 0 kilómetro con facilidades impositivas.
La intención es que el gran esfuerzo lo haga el Estado. Primero, debería admitir que las concesionarias y terminales le entreguen esos títulos como instrumento de pago para cancelar deudas impositivas.
Después, tendría que resignar la mitad de la alícuota del IVA que se aplica sobre el precio final de la unidad: así, la tasa de este gravamen se reduciría del 21 al 10,5 por ciento. Las provincias, también aportarían lo suyo, por la vía de resignar el cobro de la mitad de Ingresos Brutos.