Jueves, 4 de enero de 2007 | Hoy
Hoy se darán los datos oficiales. En diciembre, precios minoristas crecieron uno por ciento. En el año, 9,9. Los acuerdos dieron resultado, aunque crece la resistencia de sectores más concentrados.
Por Raúl Dellatorre
Con un aumento en los precios minoristas del uno por ciento en diciembre, el Gobierno logró el objetivo autoimpuesto de terminar 2006 con una inflación menor al 10 por ciento. Hoy se podrá dar el gusto de hacer el anuncio, sumando el 9,9 por ciento anual de suba en los precios a los logros de un año en el que la “macro” volvió a sonreírle. Pero parte de la atención ya estará puesta en cómo se dará la relación entre el Gobierno y las empresas formadoras de precios durante el año que comienza. El poco auspicioso acuerdo al que arribó el Gobierno con las empresas de medicina prepaga para los ajustes de este mes anticipa tensiones que podrían verse reflejadas en otros sectores.
Con los resultados en la mano, las autoridades expondrán hoy que los acuerdos de precios y las políticas de contención de subas sobre insumos críticos permitieron mantener la inflación por debajo (apenas) del 10 por ciento. Pero empieza a verse la resistencia creciente en el área privada hacia estos corsés de precios que abarcan a productos estrechamente vinculados a las mediciones del Indec, aunque no a otros igualmente significativos en el consumo total de la población.
La evolución de la inflación no ha sido pareja en todos los rubros. La capacidad del Gobierno para incidir en la formación de precios fue determinante de su evolución. El propio Indec da la pauta al calificar a los distintos rubros según sus características y reflejar la distinta evolución de sus precios promedio.
- Bienes regulados: Estos rubros representan, aproximadamente, el 20 por ciento del índice de precios. Son aquellos bienes cuya valor está determinado por disposiciones oficiales (servicios públicos domiciliarios, transporte público de pasajeros) o bien están fuertemente incididos por el peso de la carga impositiva sobre los mismos (combustibles, cigarrillos).
- Bienes estacionales: Son aquellos sometidos a fuertes variaciones estacionales en sus precios e involucran aproximadamente al 10 por ciento de la canasta. La calificación abarca a ciertos alimentos frescos, determinados rubros de ropa exterior y gastos de esparcimiento como turismo.
Hasta noviembre, contra un 8,8 por ciento de aumento acumulado del índice general de precios, los estacionales habían crecido 16,3 por ciento y los regulados, el 2,5 por ciento. El resto, el 70 por ciento de la canasta, había aumentado el 9,1 por ciento, lo cual revela el alcance bastante limitado de los acuerdos del Gobierno con los sectores para contener los precios de este grupo en niveles estables a lo largo del año. De acuerdo con las primeras referencias (que hoy se harán públicas), los precios estacionales volvieron a jugarle una mala pasada al índice, ya que verduras y turismo empujaron hacia arriba, ampliando la brecha entre su comportamiento y el de los precios regulados.
Al Gobierno le costará cada vez más, en este contexto, obligar a los sectores empresarios más concentrados a sacrificar ganancias en pos de intereses sociales, porque esto lleva a un reacomodamiento de los precios relativos en su contra y los equipara a la suerte de los sectores con regulación explícita. A su vez, esos sectores empresarios siguen disfrutando, en más de un rubro, de su condición monopólica, sin que por el momento nada amenace esa situación. Por ahora, el Gobierno podrá exponer el triunfo de una inflación controlada, aunque en perspectiva se le presenta el desafío de cómo entenderse con sectores que representan al poder económico real.
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