Jueves, 4 de enero de 2007 | Hoy
El fiscal Ferrer Vera pidió la realización de una nueva autopsia para responder las dudas de los familiares del soldado Guevara. Fotos del cuerpo del joven muestran hematomas alrededor de los ojos.
Por Camilo Ratti
Desde Córdoba
El fiscal federal Ramón Ferrer Vera recibirá hoy, a primera hora, un informe pormenorizado de la autopsia practicada a Pablo Guevara, el soldado que apareció muerto el sábado 30 de diciembre en predios del Tercer Cuerpo de Ejército, ya que aparecieron nuevas evidencias sobre lo ocurrido con el cadáver. Eduardo Gasparini, el médico forense que realizó el trabajo, recibió fotos de la Policía Federal tomadas al momento de encontrarse el cuerpo de Guevara, en las que se podían observar hematomas en el rostro, especialmente alrededor de los ojos. Ferrer Vera también mantuvo una conversación con la familia Guevara, que reconoció que Pablo tomaba Salbutamol porque padecía problemas respiratorios, aunque ningún familiar confirmó que fuera asmático. Después de la reunión, el fiscal descartó que se tratara “de un caso Carrasco” y sostuvo que al morir el joven tenía en su poder dos broncodilatadores.
Unas fotos nuevas tomadas por la Policía Federal al momento de encontrarse el cuerpo sin vida de Pablo Guevara, más todas las imágenes sacadas durante la autopsia practicada al joven de Jesús María, serán parte del minucioso informe que el forense Eduardo Gasparini le entregará hoy a primera hora al fiscal federal Nº1, Ramón Ferrer Vera, para que éste tenga pruebas contundentes sobre las causas que provocaron el fallecimiento del soldado voluntario en predios del Tercer Cuerpo de Ejército el sábado pasado.
“Le pedí al médico forense que me referencie en el informe cada una de las fotos que sacó la Policía Federal cuando encontró el cadáver de Guevara, además de las imágenes que fueron tomadas durante la realización de la autopsia –dijo el fiscal Ferrer Vera a este medio–. Necesito esa información bien detallada y precisa, para confirmar lo que pueda habar pasado el sábado a la mañana en las dependencias del Tercer Cuerpo de Ejército”, agregó.
De todas maneras, aunque el informe de la autopsia realizada a Guevara pueda ofrecer pruebas contundentes sobre las causas de su muerte, el funcionario dejó trascender que es “altamente probable” que se le realice otra autopsia la semana que viene. Por lo pronto, el cuerpo está congelado en la morgue judicial por disposición del juez federal Ricardo Bustos Fierro. “De practicarse otra autopsia, estimo que sería entre lunes y martes”, adelantó el fiscal a Página/12. Sin embargo, aclaró que el nuevo estudio no sería realizado por Gasparini. Y la decisión no tiene que ver con la capacidad profesional del médico que trabaja para la Justicia federal, sino que la fiscalía desea evitar las sospechas que tiene la familia Guevara, que desde que se hizo público el caso puso en duda la labor del forense.
“Se haría una autopsia por otra vía. No sé si por peritos de la policía judicial o de la Universidad Nacional de Córdoba (no hay muchas opciones en Córdoba) lo único seguro es que no lo hará el médico que se desempeña oficialmente para la Justicia federal”, dijo el fiscal a este diario. A modo de defensa, en declaraciones a Radio Mitre, Gasparini señaló que pedirá al fiscal la realización de una segunda autopsia “por las barbaridades que está diciendo la familia. Quiero que se le muestren todas las fotografías, ya que no hay golpes en el cuerpo de Guevara”, sentenció.
El otro tema importante de la jornada de ayer, que se trató con muchísimo hermetismo, fue la audiencia que mantuvo Ferrer Vera con los familiares de Pablo Guevara, que siguen defendiendo la hipótesis de la golpiza, independientemente de que tampoco pudieron confirmar que el chico no sufriera de problemas respiratorios. “La charla que mantuvo el fiscal con los familiares giró en torno de la supuesta enfermedad de Pablo, pero ni siquiera ellos ofrecieron información contundente al respecto. Es más, una de las hermanas reconoció que al joven le habían recetado Salbutamol, que es un medicamento que previene los ataques de asma, y otros parientes dijeron desconocer si Pablo sufría o no de asma”, agregaron allegados a la fiscalía.
El propio Ferrer Vera resaltó que “para nada estamos frente a un nuevo ‘caso Carrasco’”, en alusión al conscripto que murió en marzo de 1994 en Zapala, Neuquén, producto de una paliza practicada por sus superiores y cuyo cadáver el Ejército mantuvo oculto durante 30 días. “El Ejército no ocultó el hecho, el joven murió cuando iba a comprar medicamentos por sus problemas respiratorios, sujetando un broncodilatador y con un segundo aparato similar entre sus ropas”. Según los investigadores, la noche del viernes, el joven había salido del cuartel ubicado en el camino a La Calera “para comprar medicamentos”, porque “sufría problemas respiratorios” y tuvo un ataque de asma que desencadenó un paro cardiorrespiratorio. Y es esa versión, precisamente, la que discute la familia.
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