Lunes, 8 de enero de 2007 | Hoy
ECONOMíA › LAS RESERVAS INTERNACIONALES RINDIERON 1400 MILLONES DE DOLARES
La cifra equivale al 5,7 por ciento anual y es el porcentaje más alto desde la salida de la crisis. El informe del Central señala que las ganancias obedecen a “una política más analítica”.
Por Fernando Krakowiak
El Banco Central informó ayer que durante el año pasado obtuvo una ganancia de 1400 millones de dólares por el rendimiento de sus reservas internacionales, cifra equivalente al 5,7 por ciento anual. Es el porcentaje más alto logrado desde la salida de la crisis y su crecimiento se debe a una combinación de factores entre los que se destacan la suba de la tasa internacional, el aumento de la cotización del oro y un paulatino cambio de estrategia en el manejo del ahorro que contempló una mayor diversificación de la cartera y el alargamiento del plazo promedio de las colocaciones.
El informe difundido por la entidad destacó que “dicho rendimiento ha sido el resultado de una política de inversiones más analítica, dirigida a maximizar las oportunidades disponibles. Ello en el marco del objetivo de la administración de las reservas, consistente en optimizar la relación entre riesgo y rentabilidad de las inversiones”. Para lograrlo, en el Central aseguran haber desarrollado modelos cuantitativos de análisis, que permitieron mejorar los procesos para la toma estratégica y táctica de decisiones. Además, los funcionarios se encargaron de aclarar que la vigencia de un tipo de cambio flotante permite diversificar la cartera en varias monedas, situación que no era posible durante la convertibilidad debido a la necesidad de concentrar el ahorro en dólares.
No obstante, más allá de esas explicaciones técnicas, lo que motivó la búsqueda de un mayor rendimiento es la necesidad de aplacar las críticas de aquellos analistas de la city porteña que cuestionan el costo que paga el Central al colocar Letras y Notas (Lebac y Nobac) para esterilizar los pesos que emite y vuelca al mercado al comprar las divisas necesarias para mantener el dólar alto. En 2006, el Central absorbió 27 mil millones de pesos, contabilizando también la esterilización lograda con la cancelación anticipada de redescuentos con las entidades financieras, la concertación de pases y la política de encajes. Una mejora en el rendimiento de las reservas le sirve para compensar el impacto que genera esa política en el resultado cuasifiscal.
La compra de euros resultó un gran acierto dentro de esa estrategia. Los bancos centrales de los distintos países suelen ser extremadamente cuidadosos al operar con monedas, pues se trata de un mercado bastante volátil. Sin embargo, la entidad que preside Martín Redrado apostó por la apreciación de la moneda europea y tuvo buenos resultados. Luego del pago al Fondo Monetario, la tenencia en euros había caído por debajo del 10 por ciento, pero con las compras concretadas a partir de entonces se superó en un par de puntos ese porcentaje, justo cuando la cotización del euro comenzó a mejorar con relación al dólar. También arrojó resultados positivos la posición en libras y yenes (equivalente al 2 por ciento de las reservas en total), monedas que también se revaluaron respecto del billete verde.
Otro de los factores que colaboró en el mejor rendimiento de las reservas fue la suba del oro, pues el 5 por ciento las mismas están en lingotes del preciado metal amarillo. La cotización de la onza en el Mercado de Londres aumentó de 515 a 608 dólares durante el último año (18 por ciento), luego de haber llegado a cotizar por encima de los 700 dólares en mayo. El Banco Central había vendido todas sus reservas de oro en 1997, durante la gestión de Pedro Pou, pero durante el año 2003 el entonces presidente de la entidad, Alfonso Prat Gay, compró 1,7 millón de onzas a cerca de 400 dólares cada una, decisión que terminó reportándole un beneficio extra al país.
Los mayores cambios se produjeron en las inversiones en bonos. En la actualidad, alrededor de la mitad de las reservas están invertidas en títulos de deuda de Estados Unidos, el doble que en 2003, y los fondos para comprarlos están saliendo de las colocaciones del Central en depósitos de corto plazo. Tal como informó el suplemento Cash a fines de noviembre, la estrategia no sólo es incrementar la cantidad de papeles sino también hacerlo con bonos de más larga “duration”. En el último año, el plazo de las colocaciones pasó de 3 a 7 meses y el objetivo es llevarlo a 18. La compra de títulos de largo plazo está relacionada con la expectativa de una baja en la tasa de interés internacional. Las proyecciones de los principales bancos de inversión de Wall Street indican que la tasa de corto plazo, que actualmente se ubica en el 5,25 por ciento anual, caerá por debajo de 4,5 por ciento este año.
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