Puertas adentro hubo una clara diferenciación entre los distintos sectores. Hacia afuera, el mensaje fue otorgarle una nueva oportunidad al Gobierno para que se revean algunas medidas. El campo está dividido en su posición frente al Gobierno y la fórmula elegida fue la de esperar “un gesto” del Ejecutivo antes de determinar un nuevo paro. Felisa Miceli respondió rápido y contundente: “El Gobierno no va a detener su actual política (con el agro) ya que es uno de los sectores que está teniendo un crecimiento muy importante”, dijo.

Ayer hubo un encuentro entre las cuatro entidades representativas del campo de dos horas de duración en la sede de Confederaciones Rurales. Al final hubo una conferencia de prensa en la que salieron a la luz las diferencias entre los ruralistas, las mismas que habían quedado expuestas hace algunas semanas, durante el último paro. “No todos teníamos la misma estrategia”, definió Luciano Miguens, de la Rural, uno de los que busca componer con la Casa Rosada.

En la vereda de enfrente volvió a ponerse Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria. Reclamó directamente la designación de otro ministro como interlocutor del sector. Los ruralistas quieren negociar directamente con Néstor Kirchner.

Para los productores, la foto de ayer sirvió para volver a mostrarse juntos a pesar de las diferencias. El interés común es que el Gobierno dé marcha atrás con la suba de las retenciones a la soja, impulsadas desde el mes pasado. En el documento que emitieron en conjunto se señaló que “se tomaron medidas que distorsionaron el mercado interno”. Mario Llambías, de Confederaciones, otro de los sectores más duros, planteó que las entidades están “esperando un gesto del Gobierno”, ya que “el paro está latente en todos los productores agropecuarios ante lo que entendemos como una falta de atención”. Entre hoy y mañana habrá asambleas de Federación Agraria en donde puede definirse si esa entidad impulsará una nueva medida de fuerza.