ECONOMíA › REACCION NEGATIVA DEL SECTOR POLITICO AL DESEMBARCO BRASILEÑO
Goyo aseguró que no se va del país
Gregorio Pérez Companc envió ejecutivos de su grupo a hablar con el presidente Eduardo Duhalde para aclarar que no tiene intención de abandonar la Argentina. Y que se concentrará en alimentos.
La venta del holding Pérez Companc SA a la brasileña Petrobras no fue bien recibida por algunos sectores políticos, quienes percibieron la operación como un abandono del desafío empresario por parte de una “burguesía nacional” en retirada. Como única respuesta, voceros de la familia Pérez se limitaron a reafirmar ante Eduardo Duhalde el compromiso del grupo con el país y su voluntad de reconcentrar el negocio en el rubro alimentos. Sin embargo, en el paquete vendido a Petrobras figuran no sólo los intereses petroleros locales e internacionales del grupo, sino también el 100 por ciento de Pecom Agropecuaria y Pecom Forestal, así como intereses en el sector petroquímico y eléctrico, entre otros. Esto es, no se trata sólo de la venta de una petrolera, sino de una parte considerable de los activos totales del grupo. Como resultado de la operación, la familia PC se deshace de pasivos que podría llegar a los 2200 millones de dólares a la vez que se asegurará ingresos próximos a los 1200 millones. Todavía no trascendió cuál será el destino que Petrobras dará a los activos no vinculados a su negocio principal, entre ellos la eléctrica Edesur.
El único objetivo de la firma Pérez Companc SA era y es la posesión del 58,6 por ciento de Pecom Energía (PE), empresa madre de muchas de las principales firmas del grupo. Esto es, además de las petroleras locales, también la red internacional en Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú y Brasil. Pero la misma razón social incluye también empresas agropecuarias y forestales, así como una extensa red de participaciones en transportadoras eléctricas, oleoductos, gasoductos y servicios financieros, entre otras. A este grupo de empresas se suma también la propiedad del 48 por ciento de Edesur. Según señalaron especialistas consultados por este diario, entre los elementos que jugaron a favor de aceptar la oferta de Petrobras se destacó el potencial ahogo financiero del grupo. No obstante, a pesar de los 2200 millones de deuda de PC SA, Pérez se contaba entre los grupos que mejor estaba refinanciando sus obligaciones.
Las reacciones políticas a la transferencia fueron variadas. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, la consideró “negativa”. “Si fuera un ida y vuelta de inversiones de un país del Mercosur en otro del mismo mercado, tendríamos que verlo como algo natural y positivo”, afirmó. Pero “el problema es que no es un ida y vuelta”, advirtió. Para Solá en el país se necesitan empresarios “más seguros de quedarse y seguir siendo propietarios”.
Para el gobernador de Neuquén, Jorge Sobish, el ingreso de Petrobras, “no le agrega ni le quita” nada a su provincia, la principal productora de petróleo del país. “A nosotros no nos cambia en nada esto, salvo que deja de ser una empresa de carácter nacional, casi familiar, y entra una extranjera”, aseguró. “Si se incorpora valor agregado en la Argentina y se hace un gasoducto a Brasil para competir con el gas boliviano, puede llegar a ser beneficioso para el país”, completó. Precisamente la exportación de gas se cuenta entre los principales objetivos de la compañía brasileña.
Frente a las poco consistentes versiones de que la familia Pérez Companc consideraba abandonar el país, directivos del grupo desmintieron el rumor y aseguraron a Eduardo Duhalde que continuarán sus inversiones en la Argentina. Una vez más destacaron que la venta de parte de los activos respondía sólo a una estrategia de reconversión hacia el sector alimenticio.