A pesar de haber sido desplazado de la negociación con los ganaderos, el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, dejó trascender la semana pasada que la ministra de Economía, Felisa Miceli, se equivocó al convalidar el argumento de los productores que pedían un “sinceramiento” de los precios de Liniers. Según el funcionario, el hecho de que la cotización del Indice General no haya aumentado al finalizar la intervención demuestra que nunca existió un mercado negro con el nivel de sobreprecios denunciado. Sin embargo, asegura que el acuerdo terminará convalidando valores más altos a manera de profecía autocumplida. La respuesta no se hizo esperar: “Lo único que busca con ese argumento es defender su intervención, pero todo el mundo sabe lo que estaba pasando. Si fuera cierto lo que dice, entonces, ¿por qué estábamos corriendo al perro desde atrás sin poder manotearle ni siquiera la cola?”, aseguró una alta fuente de la Secretaría de Agricultura ante Página/12.

Entre el viernes 17 de noviembre de 2006, día en que Moreno repartió por primera vez su listado de precios máximos en Liniers, y el miércoles 9 de mayo de este año, cuando terminó la intervención, ingresaron 4977 cabezas por día y el Indice General promedió 2,07 pesos el kilo vivo. En los primeros cinco días postintervención (del viernes 11 al 18 de mayo, sin contar el jueves, día en que tradicionalmente no se opera) ingresaron 8468 animales por día, un 70 por ciento más, pero la cotización promedio fue apenas de 2,12 pesos.

Según los defensores del acuerdo, el Indice General de Liniers no es el mejor indicador para dar cuenta de lo que sucede en el mercado porque promedia todas las categorías y algunas son poco representativas. “Lo importante es ver qué valor tienen el novillito, la vaquillona y los terneros que representan el 75 por ciento de la faena. Durante la intervención, ningún ternero se podía vender a más de 2,98 pesos el kilo vivo, pero los que tenían mejor rendimiento se llegaban a comerciar hasta 3,60 por fuera del mercado. Ahora esa situación se sinceró en Liniers y no ha tenido impacto en los precios que pagan los consumidores”, destacó la fuente oficial.

Página/12 corroboró esa situación en los registros que se encuentran disponibles en la página web del Mercado de Liniers. Mientras duró la intervención de Moreno, ningún lote de terneros se vendió por más de 2,98 pesos el kilo vivo. Sin embargo, en los cinco días postintervención los lotes más caros dentro de esa categoría cotizaron entre 3,30 y 3,55 pesos el kilo vivo (hasta un 19% más).

En el caso de los novillitos de entre 300 y 350 kilos, la situación es igual: cuando los delegados de Moreno supervisaban las operaciones nunca se vendió un lote a más de 2,99 pesos el kilo vivo (valor establecido en la resolución del 1º de abril de 2006); pero desde que se liberó el mercado, los lotes más caros oscilaron entre 3,15 y 3,46 pesos (hasta un 15% de aumento). Con las vaquillonas ocurrió lo mismo: los mejores ejemplares de entre 300 y 340 kilos se vendieron siempre a 2,94 pesos como máximo el kilo vivo, tal como lo deseaba Moreno, pero desde la liberación los ejemplares de mejor calidad cotizaron entre 3,20 y 3,45 pesos (hasta 17,3% de aumento). Esas subas no se trasladaron al mostrador de las carnicerías, dándoles crédito a quienes aseguran que lo que hubo fue sólo un “sinceramiento” de precios que ya estaban vigentes en el mercado negro y habían sido absorbidos por los consumidores.

Pese a estas subas, el Indice General se mantuvo prácticamente igual en los últimos días, e incluso llegó a bajar a 2,03 pesos el viernes pasado. No obstante, eso se debió a la caída en la cotización de animales de baja calidad, como las vacas. El miércoles 9 de mayo, último día de la intervención, las cuatro categorías de vacas (buenas, regulares, conserva buena e inferior) promediaron 1,82 peso el kilo vivo, mientras que el viernes pasado cayeron a 1,35 peso. Esa disminución forzó la caída del Indice General, evitando que reflejara las mejoras en las cotizaciones de las categorías que más se consumen en el mercado interno, como novillito, vaquillona y ternera.

En la Secretaría de Agricultura sostienen que el ingreso masivo de animales a Liniers (cercano al promedio histórico) y el “sinceramiento” de los precios evidencian el “éxito” de un acuerdo que se propuso generar mayor transparencia sin afectar nuevamente al consumidor. Sin embargo, todavía queda por resolver qué precios de referencia se aplicarán en las carnicerías. Los 12 cortes populares están actualmente hasta un 50 por ciento más caros que los valores establecidos por Moreno en abril del año pasado, porcentaje que supera cómodamente la inflación del período.