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Tras cuatro días de feriado bancario, los ahorristas uruguayos, y también muchos argentinos, se volcaron masivamente sobre las entidades financieras. Sin embargo, de acuerdo con lo informado por el Banco Central de Uruguay (BCU), la esperada corrida no se produjo. Julio de Brun, titular de la entidad monetaria, destacó que la jornada fue “calma” y que de los 300 millones de dólares que habían sido dispuestos para contener la potencial estampida “sobró plata”. Sin embargo, para el volumen de las reservas uruguayas la pérdida fue considerable.
La masiva afluencia de ahorristas a los bancos que se observó ayer en la Ciudad Vieja de Montevideo, la city uruguaya, no parece haber sido suficiente para provocar un retiro generalizado de fondos. A pesar de que el sistema financiero uruguayo perdió, en lo que va del año, cerca del 45 por ciento de los depósitos y el país el 80 por ciento de las reservas internacionales, muchos ahorristas continúan confiando en el sistema. Pero muchos no son todos. Desde las primeras horas se formaron largas colas frente a las sucursales bancarias y la mayoría de los cajeros automáticos, frente a los que también se formaron largas filas quedaron desabastecidos.
A pesar del optimismo que transmitieron las autoridades monetarias, Eduardo Fernández, presidente del sindicato de bancarios (AEBU), destacó que “cientos y miles de personas” se presentaron ante las ventanillas del Banco República para pedir información sobre sus ahorros y que “no se les supo explicar como sería la reprogramación”. Lo concreto es que la prórroga será de un año para el 25 por ciento del monto del depósito, de dos años para el 35 por ciento y de tres años para el restante 40 por ciento. Habrá intereses trimestrales y con tasas preferenciales sobre las acordadas.
En los bancos privados las colas fueron menores, la mayoría abrió sus puertas dos horas antes de lo previsto y habían organizado el acceso separado a las cajas para no obstruir otras operaciones. En tanto, también centenares de argentinos viajaron a Uruguay para intentar rescatar parte de los 2200 millones de dólares que aun tendrían depositados en ese país.
Luego de una maratónica sesión legislativa durante el fin de semana, el corralito uruguayo resultó mucho más benigno que el argentino. Las cuentas a la vista (cajas de ahorro y cuentas corrientes) no sufrieron restricciones y sólo se reprogramaron a tres años los plazos fijos depositados en los bancos públicos. La banca privada, donde las sucursales de los bancos internacionales –a diferencia del caso argentino– se reconocen como tales y así está especificado legalmente, debió hacer frente a la potencial corrida con fondos propios. Las únicas dudas que subsistían al finalizar la jornada se centraban sobre cuál sería el destino de los fondos atrapados en los bancos que no abrieron sus puertas. Estos fueron cuatro; el Comercial, el De Crédito y el Montevideo-La Caja Obrera, estos dos últimos en proceso de liquidación. En conjunto, estas entidades representan la mitad del sector privado y un cuarto del sistema total. El BCU dispuso ayer también la intervención de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Caycu, de capitales nacionales y con 40.000 asociados, y suspendió sus actividades por noventa días.
Un portavoz del Comercial aseguró que los tres socios del Estado uruguayo, en partes iguales, cada uno con el 25 por ciento, negocian el futuro de la institución, en términos y condiciones que no divulgarían hasta estar finalizadas las gestiones. Los propietarios extranjeros del banco son JP Morgan Chase (EE.UU.), Crédit Suisse-First Boston (Suiza) y Dresdner Bank Latinamerika (Alemania). Algunos de ellos con experiencia en retiradas.
Por otra parte, el reverendo coreano Sun Myung Moon, propietario del 49 por ciento del De Crédito, ofreció la compra total de la entidad. Según pudo saber este diario, el gobierno uruguayo, cuyo estado es propietario del 51 por ciento de la entidad desechó en principio esta posibilidad debido a que el grupo Moon –que posee variados intereses en Uruguay, desde hoteles a medios de comunicación– habría puesto como condición laposibilidad de reprogramar la devolución de los depósitos en dólares en forma similar a lo dispuesto para la banca estatal, pero con plazos menores.
La peor suerte la correrán quienes tiene sus depósitos en el Banco de Montevideo-La Caja Obrera, quienes recién cobrarán cuando termine el proceso de liquidación.
Al momento de sancionar la ley de “Estabilidad del Sistema Financiero”, además de la reciente experiencia histórica del corralito argentino, los legisladores uruguayos contaban con la decisión del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O’Neill, de aportar 1500 millones de dólares, los que habrían sido girados ayer a Montevideo. O’Neill visitará hoy Uruguay de paso hacia Argentina. Por su parte, De Brun informó que ya existe un nueva carta de intención con el Fondo Monetario Internacional, aunque evitó dar detalles sobre el contenido del nuevo acuerdo.
En este contexto, el riesgo país bajó un 5,5 por ciento y quedó en 2478 puntos básicos. En tanto el peso uruguayo cerró en alza, a 26 unidades por dólar en el mercado minorista, tras haber alcanzado en la apertura los 30 pesos. Con esos valores, la depreciación de la moneda uruguaya en relación al billete verde se ubicó en 32 por ciento desde que rige la libre flotación del tipo de cambio, el 20 de junio, y en 42 por ciento en lo que va del año.