Quienes estén dispuestos a desembolsar los 189 mil dólares que cuesta un Mercedes-Benz S Class 500 tendrán que armarse de paciencia para esperar seis o siete meses, lo necesario para que la terminal atienda la demanda. La suerte no es muy diferente para los compradores de coches de gama intermedia, como lo prueba la reciente decisión de Citroën de suspender un embarque a España de C4 y abastecer al insaciable mercado interno. No es extraño en este escenario que, con más de 41 mil unidades vendidas, enero sea identificado por los fabricantes como el mejor de los últimos quince meses.

Según los datos difundidos ayer por la Asociación de Fabricantes de la República Argentina, en enero se produjeron un 141,7 por ciento más y se exportaron 107,2 por ciento más que en el mismo mes del 2007. Pero estas subas extraordinarias se explican porque, a diferencia del arranque del año pasado, en éste algunas automotrices mantuvieron el ritmo de producción, a pesar de las vacaciones estivales, a lo que se sumó que Fiat comenzó a mediados de mes con la producción del Siena. Decisiones coyunturales que imprimieron otro ritmo a la maquinaria automotriz.

El verdadero termómetro de lo que ocurre con el mercado local son las ventas a concesionarios, que subieron un 9,7 por ciento respecto de diciembre y un 20,7 en relación con el mismo mes del año pasado. Son, de todos modos, datos ilustrativos de una notoria pujanza del sector, cuya producción el año pasado trepó un 24,5 por ciento, superando con creces los conservadores pronósticos empresarios del 10 por ciento.

La producción está doblemente traccionada por los compradores locales y del exterior. En enero, mes singular por el receso de verano, se vendieron más de 77 mil unidades en el mercado interno, incluyendo importados, y las terminales proyectan un crecimiento mínimo para el año del 10 por ciento, con lo que el stock total llegará a las 600 mil unidades.

Una primera explicación sobre esta expansión es que la mejora de ingresos en los estratos medios, en parte empujada por la recomposición salarial, hizo más accesibles los autos. La otra mirada al mismo fenómeno descubre que los vehículos son un recurso más a mano para la gratificación inmediata o de preservación del ahorro ante la inflación que, por ejemplo, los inmuebles, todavía inaccesibles para muchos. Esto es así, a pesar de que los autos recompusieron su precio en dólares y, salvo los siete modelos base que se toman en cuenta para la confección del IPC, el resto picó en punta respecto de ese índice, y algunas marcas hasta tienen una grilla de aumentos mensuales, que el mercado convalida.

Según Adefa, la buena calidad tecnológica también permite fortalecer las exportaciones, que hoy se reparten entre ochenta y cuatro países, aunque Brasil absorbe más del 70 por ciento de esas ventas. La posibilidad de renovar un acuerdo de intercambio con ese país –que los productores de ambos comenzarán a analizar pasado mañana– es clave para apuntalar esta bonanza, aunque para ello habrá que resolver un punto medular: si seguir administrando el comercio, como quiere el gobierno argentino, o si se libera totalmente, como aspiran los brasileños. Según las proyecciones patronales, en el 2008 se exportarán entre 340 y 360 mil unidades fabricadas en Argentina. Dos años después, esa cifra estará cómodamente en las 400 mil, acompañando una producción de 750 mil.