Quien habla es Julio Cobos y se refiere al titular de la UCR, Gerardo Morales: “Sería un gesto de grandeza que diera un paso al costado”, dice. Como los demás radicales asociados al kirchnerismo, el vicepresidente percibe que el acuerdo entre Roberto Lavagna y Néstor Kirchner dejó mal parada a la conducción del radicalismo y que es momento de avanzar para arrebatarle el control de la estructura partidaria. Cobos reclama “el levantamiento de todas las intervenciones, la reconfirmación de las afiliaciones y el llamado a elecciones”, promueve para la presidencia del Comité Nacional “a alguien que esté dispuesto a dialogar y convocar a todas las partes” y precisa que quiere convertir a la UCR en “un partido que sea alternativa de gobierno dentro de un proceso de concertación”.

–¿Lo sorprendió la decisión de Lavagna de participar en la reorganización del PJ?

–Sí, me sorprendió. Lavagna es afiliado peronista, pero nunca tuvo una participación activa dentro de la estructura de ese partido.

–¿Kirchner no lo sorprendió?

–No, Kirchner ya no me sorprende más.

–¿Por qué?

–Porque aspira a conducir el justicialismo y tiene que construirlo sobre la base de la pluralidad y el disenso, porque los partidos mayoritarios tienen pensamientos dispersos. Hay que buscar los factores de coincidencia y Lavagna ha tenido bastantes coincidencias con Kirchner, porque lo acompañó dos años en la gestión de gobierno.

–Pero en las últimas elecciones se plantó como candidato opositor e hizo campaña criticando a los Kirchner.

–Pero ahora estamos hablando de un tema partidario, no de que Lavagna vaya a ser embajador o que vaya a tener algún papel vinculado con la economía o con alguna otra área de gobierno.

–O sea que discrepa con Raúl Alfonsín en cuanto a que tal vez Lavagna intervenga en la toma de decisiones del Gobierno en materia económica.

–Totalmente. La economía ya está encaminada y quien fija la política económica en la Argentina es la Presidenta, que ya tiene un equipo joven comandado por Martín Lousteau; un hombre que merece todo el apoyo y que sabe muy bien cuál es el rumbo de la economía.

–Alfonsín también dijo que el acuerdo entre Lavagna y Kirchner puede dar lugar a la aparición de “un gorilismo rabioso”.

–Acá lo que hay que tener en cuenta es que los partidos deben adecuarse para dar respuesta a lo que la sociedad necesita y no para dar respuesta a lo que los dirigentes creen que es lo más conveniente. No se pueden comparar períodos históricos con realidades diferentes.

–¿La decisión de Kirchner de fortalecer su poder en el PJ no los deja a ustedes en una situación más débil dentro de la concertación kirchnerista?

–No, porque el justicialismo tampoco fue todo alineado a la Concertación. Estoy convencido de que Kirchner y la Presidenta están en el camino de profundizar la Concertación con la idea de que mañana, en lugar de con sectores, se haga entre partidos.

–¿Se sienten obligados a avanzar ahora en el intento de retomar el control de la UCR?

–Vemos con agrado que un partido como el justicialista busque su ordenamiento. Todos los partidos deben hacer lo mismo, pero la realidad del radicalismo es distinta a la del justicialismo, que tiene intervenido su aparato central. En el radicalismo, si bien está en duda la legitimidad de la conducción porque los mandatos están vencidos y los distritos intervenidos no tuvieron participación, hay un primer paso que las autoridades pueden dar: el levantamiento de todas las intervenciones, la reconfirmación de las afiliaciones y el llamado a elecciones. Estamos dispuestos a participar de ese proceso.

–¿Debe Morales renunciar a la presidencia de la UCR?

–Somos muy respetuosos de la institucionalidad, pero sería un gesto de grandeza que diera un paso al costado.

–Si Morales renunciara, ¿se postularía para reemplazarlo?

–No, porque estoy en el Gobierno y estoy en un sector.

–Miguel Saiz, Pablo Verani y Daniel Katz ya se anotaron para sucederlo en la presidencia del Comité Nacional.

–No sé si ellos quieren presidir; lo que sí quieren es que se inicie el proceso de renovación de autoridades. Lo vamos a consensuar y estamos dispuestos a buscar una figura que pueda representar a todos los sectores.

–¿Ya tiene alguna en mente?

–Tenemos que buscar a alguien que esté dispuesto a dialogar y convocar a todas las partes. Nosotros no nos fuimos, como Ricardo López Murphy o Elisa Carrió, sino que nos obligaron, nos expulsaron.

–¿Tiene algún tipo de diálogo con los demás sectores en que está dividido el radicalismo?

–Hemos estado hablando con dirigentes que acompañaron otras posturas con la idea de que se terminen las intervenciones y las expulsiones.

–¿Qué papel imagina para el radicalismo si en el futuro se concretan la reconstrucción y el reencuentro que usted plantea?

–No imagino un partido de oposición, como tal vez fue concebido el radicalismo durante mucho tiempo, sino un partido que sea alternativa de gobierno dentro de un proceso de concertación. Para eso tenemos que recuperar la credibilidad frente a la gente.