El gobierno de Rusia decidió suspender por sesenta días la aplicación de restricciones a las importaciones de frutas argentinas. Las trabas habían sido anunciadas para ayer, pero las autoridades de aquel país accedieron a un pedido de la Cancillería argentina. El problema para los envíos surgió por la implementación de nuevos parámetros sanitarios, que según los empresarios argentinos son “imposibles de cumplir”. El ministro de Producción de Río Negro, Juan Accatino, sostuvo que la postergación genera un espacio de dos meses para que el Senasa negocie una flexibilización de la medida. “Para nuestra provincia es un respiro y la posibilidad de llegar a un acuerdo que nos permita comenzar con tranquilidad la temporada de exportaciones frutícolas rionegrinas, que comienza en enero de 2009”, agregó. Río Negro exporta 80 por ciento de la fruta de pepita del país y destina 28 por ciento de las peras y 33 por ciento de las manzanas de su producción total al mercado ruso, por un total de unos 120 millones de dólares anuales.