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La city londinense no está pasando un buen momento. El Lloyds Banking Group (LBG), en el cual el Estado británico tiene una participación del 43 por ciento, anunció pérdidas por más de 15 mil millones de dólares. A su vez, el gobierno pasará a controlar casi la totalidad del Royal Bank of Scotland (RBS). Mientras tanto Fred Goodwin, señalado por muchos especialistas como uno de los responsables de la debacle del RBS, rechaza dejar de cobrar “siquiera un centavo” de la pensión vitalicia por más de 700 mil euros anuales que recibe por sus servicios prestados a la entidad.

El primer ministro, Gordon Brown, calificó de “injustificable e inaceptable” la pensión vitalicia que cobra el ex consejero delegado del RBS. El ex empleado del banco aseguró que el responsable de las relaciones entre la city y el Ejecutivo se mostró de acuerdo con la suma de su pensión cuando lo obligaron a dejar el banco en octubre y se negó a renunciar al beneficio. Algunos especialistas señalan que Brown podría fijar un límite para los salarios y bonus de los ejecutivos de aquellos bancos que recibieron inyecciones estatales, como hizo Obama.

El jueves pasado, el RBS anunció pérdidas por 34 mil millones de dólares en 2008. Esta situación provocará unos 20.000 despidos. El gobierno, que entregó en octubre 35.000 millones de dólares a la entidad, volvería a inyectarle dinero para evitar su colapso. Con el nuevo aporte, la participación del Estado ascenderá al 95 por ciento. Ayer, las acciones del banco llegaron a caer hasta un 20 por ciento.

Por su parte, el LBG anunció que su filial HBOS perdió 15.400 millones de dólares en 2008. Las acciones del grupo cayeron 22 por ciento luego de anunciar que no había llegado a un acuerdo con el gobierno para asegurar sus activos.