Después del almuerzo que compartieron los ministros de Economía y banqueros centrales de la Unasur, el titular del Palacio de Hacienda, Amado Boudou, mantuvo una distendida conversación con sus colaboradores más cercanos, como el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, en uno de los bares del Hotel Alvear. El ameno café entre los funcionarios de Economía fue interrumpido por el canciller venezolano, Nicolás Maduro, quien le pasó su teléfono a Boudou y lo comunicó con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. El diálogo fue breve y según pudo saber este diario cubrió desde la cumbre de la Unasur –en ese momento todavía quedaban algunos aspectos políticos por destrabar– hasta las elecciones de mañana, para las cuales Chávez le deseó suerte. Cuando concluyó el intercambio, Maduro continuó al teléfono con Chávez: “Sí, muy bien, estaba contento, estaba todo sonrojado”, se le escuchó decir al ministro venezolano cuando salía del bar. Por la tarde, Página/12 se acercó al funcionario bolivariano: “El presidente Chávez está siguiendo muy de cerca lo que pasa en la cumbre y por eso quería hablar con Amado”, explicó.