Los inspectores de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional reanudaron ayer en Grecia el monitoreo de las finanzas del país heleno. Las autoridades en Atenas calificaron de “positiva y productiva” la primera reunión con la troika (UE, BCE y FMI). El gobierno griego redobló esfuerzos en los últimos días para cumplir con los recortes adicionales exigidos por los acreedores, con el objetivo de tener acceso a un nuevo tramo crediticio de 8000 millones de euros. Estas medidas continúan recogiendo protestas de la población. Los trabajadores bloquearon la entrada del Ministerio de Finanzas y permanecerán allí hasta que se realice la reunión, en protesta por el ajuste que implica el despido de miles de empleados públicos. También fueron bloqueadas las entradas de otros cinco ministerios y los taxistas iniciaron la segunda jornada de su huelga. El informe de la troika será difundido la semana próxima.