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“Vamos a institucionalizar los logros y profundizar legislando para normalizar la vida cotidiana y que los derechos respondan a las necesidades”, afirmó a Página/12 sobre las expectativas que llevará al Congreso María del Carmen Bianchi, segunda en la lista de candidatos a diputados porteños por el Frente para la Victoria. Exiliada en México durante la dictadura, psicóloga y titular de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares desde el 2003, Bianchi destacó que “los candidatos en los primeros puestos de la lista (del FpV) venimos de la gestión” y que ésa es su mejor herramienta de campaña. Además apuntó contra la política cultural en la ciudad de Buenos Aires porque “solamente es un conjunto de eventos organizados”.

–¿Cómo ve el manejo político de la cultura en la ciudad de Buenos Aires?

–No hay un manejo de la cultura, lo que existe son eventos artísticos. Esto es una gran pérdida y básicamente en la Ciudad hoy la cultura es un conjunto de eventos organizados, muchos de los cuales tienen una excelentísima calidad artística. Pero mayoritariamente se ha perdido la posibilidad de la recuperación de la creatividad del ciudadano de Buenos Aires, de generar espacios para que estos actos creativos puedan darse. Espacios donde el encuentro entre los ciudadanos y el bagaje cultural tan diverso que tiene la ciudad como capital del país, tenga un espacio para poderlo expresar y objetivarse. Eso se ha ido diluyendo y es parte de lo que valdría la pena recuperar.

–La victoria de la Presidenta en las primarias, ¿fue sorpresiva después de la elección que había hecho el macrismo?

–La victoria no fue sorpresiva, a lo mejor el porcentaje de votos y sobre todo la enorme diferencia con las otras fuerzas políticas fueron mayores a lo esperado. No fue inesperado porque hay un discurso que es el discurso de los medios, de la opinión publicada, y después está el contacto con la gente que expresa claramente otra cosa. Creo que lo que sí fue sorpresivo fue la diferencia, porque no hubo un segundo, sino una primera y tres terceros.

–El jefe de Gobierno está llamando al corte de boleta en la Ciudad. ¿Cree que va a incidir en la elección?

–Esperamos que no haya corte de boleta. En el tiempo que hemos recorrido desde las primarias hasta aquí, se ha ido incrementando el grado de adhesión a las medidas que toma el Gobierno. Hasta acá la idea de Cristina de que la mejor campaña es la gestión sigue siendo una realidad. Lo que tenemos para mostrar es que trabajamos todas las horas del día, que planificamos y que logramos los objetivos. En el caso de la ciudad, los candidatos de los primeros puestos de la lista venimos de la gestión. Estamos recorriendo los barrios, relacionándonos con los vecinos, escuchando sus preocupaciones, debatiendo con ellos sobre su situación y su vida cotidiana, y reflexionamos sobre un país que posibilita esa vida cotidiana en la mayor parte de los habitantes hoy.

–¿Cuáles serán los cambios que visualiza en el Congreso después del 10 de diciembre?

–Yo espero que el rol del Congreso sea distinto. También espero que los ciudadanos nos apoyen con el voto para que así sea. Los argentinos nos merecemos salir de las dramatizaciones en las que nos vemos envueltos en el discurso mediático. Todos aspiramos a tener trabajo, una vida digna, una casa, vivir en una ciudad con calidad. Esa va a ser la tarea del próximo Congreso si logramos el apoyo de los ciudadanos en las urnas. Institucionalizar los logros, profundizar legislando para normalizar la vida cotidiana para que los derechos respondan a las necesidades.

–¿Cree que a la oposición le falta madurez política frente al cambio de escenario que se dio a partir del 2003?

–Me parece que el mayor logro de Néstor y Cristina en materia política –además de lograr la participación de los jóvenes– ha sido plantear la reforma. Volver a plantear que el Estado y la política son la conducción de un país y no los organismos internacionales de crédito. Me parece que la baja densidad y la baja calidad legislativa de este último período tuvieron que ver con el deterioro de los partidos como forma de expresión y representación de la vida ciudadana y de la construcción de poder.