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El Gobierno ya tomó la decisión de fijar retenciones del 5 por ciento a las exportaciones agropecuarias y estudia extenderlas a los productos industriales. El martes pasado hubo una reunión entre funcionarios del Ministerio de Economía y de la Jefatura de Gabinete con el presidente de la cámara de industriales de la alimentación (Copal), Alberto Alvarez Gaiani, y con representantes de las entidades del campo. Los dirigentes empresarios, que hasta ahora rechazaban de plano la aplicación de retenciones, empezaron a resignarse a que tendrán que pagarlas. Y están negociando para que sean lo más bajas posible.
Economía recibió la “sugerencia” del Fondo Monetario Internacional de que no demore más en generalizar las retenciones, para lograr el doble efecto de mejorar la situación fiscal con mayores ingresos y para desalentar la suba de precios en el mercado interno. Por el momento, Duhalde pretende mostrarse firme en la aplicación de retenciones a las petroleras, dispuestas por ley, fijándolas en 20 por ciento para el crudo y 5 por ciento para subproductos, como naftas y lubricantes. Esas retenciones entran en vigencia a partir de hoy. Sin embargo, las petroleras hicieron saber que siguen las negociaciones para reemplazar las retenciones por un impuesto que gravaría la producción de crudo en boca de pozo, con lo que el costo para ellas sería menor.
Mientras continúa esa disputa, el Gobierno resolvió cambiar de posición respecto al agro. En rigor, el que cambió fue Duhalde. Durante la primera parte de su gestión fue el Presidente en persona quien descartó imponer retenciones al sector rural, haciéndose eco de las presiones de los hombres de campo. El presidente de la Sociedad Rural, Enrique Crotto, operó activamente para librarse de sacrificar la más mínima porción de la ganancia obtenida con la devaluación.
Remes Lenicov consideraba conveniente que hubiera retenciones generalizadas, por el impacto fiscal y sobre precios, y para facilitar la negociación política con las petroleras, al demostrarles que no son las únicas obligadas a aportar. Sin embargo, el ministro se disciplinó rápidamente a las opiniones de su jefe.
Pero la presión sobre Duhalde ahora llegó desde Washington. El FMI hizo saber que considera necesario avanzar con las retenciones al agro y a todos los demás sectores. Los dirigentes ruralistas y de la industria de la alimentación propusieron que en lugar de las retenciones, ellos harían un aporte inmediato por un monto fijo para financiar programas sociales. Fue durante un encuentro con funcionarios de Economía y de la Jefatura de Gabinete realizado esta semana para empezar a discutir la cuestión.
Aunque el 5 por ciento en que está pensando Economía es un nivel bajísimo, los empresarios están buscando la forma de que el costo sea todavía menor, pagando una suma fija. La zanahoria para Economía es que contaría con fondos frescos que necesita con urgencia para cubrir gastos. Remes quedó en responder.