Lunes, 17 de noviembre de 2014 | Hoy
ECONOMíA › LA DECLARACIóN FINAL DEL G-20 PUSO EL FOCO EN LA NECESIDAD DE APUNTALAR LA ACTIVIDAD
Los presidentes apuestan a incrementar las inversiones, aumentar el comercio y la competencia e impulsar políticas macroeconómicas para fortalecer la demanda. De ese modo, se busca lograr un “crecimiento inclusivo” con “empleos de calidad”.
Por Fernando Krakowiak
Página/12 En Australia
Desde Brisbane
Pese a la debilidad que experimenta la economía mundial, los presidentes del G-20 se mostraron confiados en poder revertir la situación y elevar en los próximos cinco años el Producto Bruto Interno de los países del grupo, al menos un 2,1 por ciento en promedio, por encima de lo ya previsto. “Nuestras medidas para incrementar las inversiones, aumentar el comercio y la competencia y estimular el empleo, juntamente con nuestras políticas macroeconómicas, respaldarán el desarrollo y el crecimiento inclusivo y ayudarán a reducir la pobreza y la desigualdad”, destacaron en la declaración final de tres páginas presentada ayer al finalizar la cumbre de mandatarios. En el documento además se resaltó que la estabilidad del sistema financiero es crucial para sostener el crecimiento y el desarrollo. Por ese motivo, se llamó a mejorar la capitalización y liquidez de los bancos, hacer más seguros los mercados de productos derivados y fortalecer los procesos de reestructuración de deudas soberanas (ver aparte). También se incluyeron recomendaciones para asegurar que el sistema fiscal internacional sea justo, se volvió a insistir con fortalecer la efectividad y la representación de instituciones económicas globales como el FMI y se remarcó la necesidad de priorizar una mayor colaboración en materia energética y “una acción fuerte y efectiva para abordar el cambio climático”.
- Crecimiento. La mayor preocupación de los países es apuntalar el crecimiento económico, pues en el documento se reconoce que, más allá de la mejor situación de algunas economías, “la recuperación global es lenta, despareja y no está generando los empleos que se necesitan”. Por ese motivo, el énfasis está puesto en que las políticas macroeconómicas sean adecuadas para fortalecer la demanda. “Nuestras autoridades monetarias se han comprometido a apoyar la recuperación y a abordar las presiones deflacionarias cuando sea necesario”, dice el texto en clara referencia al Banco Central Europeo, que ya la semana pasada había dejado trascender a través de su presidente, Mario Draghi, que si el paciente sigue sin dar señales de vida podría recurrirse a la compra de deuda pública y privada, emulando el plan de estimulo estadounidense. Las resistencias en Europa a ese tipo de políticas son fuertes ya que están convencidos de que la receta es la consolidación fiscal para regenerar la confianza y atraer inversiones, pero lo cierto es que por ese camino hace ya tiempo que no llegan a ningún lado. De hecho, el comunicado explicita que “la economía global está siendo frenada por el déficit de demanda, mientras que abordar las restricciones a la oferta es clave para aumentar el crecimiento potencial”. El objetivo del G-20 es lograr, al menos, un 2,1 por ciento de crecimiento en promedio por encima de lo ya previsto para los próximos cinco años.
- Inversión. Se puso mucho énfasis en la necesidad de enfrentar el déficit global de inversión en infraestructura. El sábado, el titular de la OCDE, Angel Gurría, explicó en la cumbre que las inversiones están un 40 por ciento por debajo de antes de la crisis de 2008, mientras que en Europa esta caída es del 80 por ciento. Una de las novedades sobre la que ya se había venido trabajando en las reuniones de ministros preparatorias de esta cumbre es la Iniciativa Global de Infraestructura, un programa de trabajo para incrementar la inversión pública y privada. “Nuestras estrategias de crecimiento comprenden grandes iniciativas de inversión, incluyendo acciones para fortalecer la inversión pública y mejorar nuestro clima de inversión y financiamiento doméstico, que es esencial para atraer nuevo financiamiento del sector privado”, se afirma en el texto. En este contexto, la Iniciativa Global de Infraestructura buscará ayudar a los inversores a encontrar proyectos, con mayores datos e información sobre esos potenciales proyectos. Para ello, se acordó crear un Centro Global de Infraestructura. La creación de este centro fue uno de los caballitos de batalla de Australia, desde comienzos de año, y su concreción aparece como el mayor logro que se llevó el gobierno de Tony Abbott, descolocado en materia ambiental por el énfasis que se le imprimió a las medidas contra el cambio climático, fenómeno que Abbott ningunea permanentemente. Más allá de la creación del centro, el documento aclaró también que se continuará trabajando para potenciar la tarea de los bancos de desarrollo multilaterales y nacionales.
- Comercio. El documento puso énfasis en que el comercio y la competencia son potentes motores del crecimiento. En las discusiones previas, lo comercial había sido uno de los puntos donde se expresaron mayores diferencias, porque los países en desarrollo consideran que instituciones como la Organización Mundial del Comercio aplican un doble estándar en tema subsidios y tipos arancelarios de acuerdo a quien los aplique. El documento evitó ese debate y la delegación argentina se limitó a celebrar una mención referida a “la necesidad de políticas que aprovechen plenamente las cadenas globales de valor y promuevan mayor participación y agregación de valor por parte de los países en desarrollo”.
- Empleo. La declaración remarca que la búsqueda de mayor crecimiento es “para proporcionar mejores estándares de vida y empleos de calidad para las personas de todo el mundo”. La mención del término “empleo de calidad” (quality jobs), en la primera línea del texto, fue destacado por la delegación argentina, ya que es un tema en el que se ha venido confrontando desde el inicio de las cumbres presidenciales del G-20 con los defensores de la flexibilización laboral. “En 2009, en el comunicado oficial se quería incluir la flexibilización laboral, algo a lo que Argentina y Brasil se opusieron. Ahora, en cambio, en el primer párrafo se habla de crear trabajo digno. Esto muestra como el G-20 ha ido cambiando a partir de la experiencia argentina”, aseguró el canciller Héctor Timerman. Además de la mención al empleo de calidad, en el punto 10 del comunicado se remarcó “el firme compromiso de reducir el desempleo juvenil, que es inaceptablemente alto, mediante acciones que garanticen que los jóvenes estén estudiando, capacitándose o trabajando”, y se llamó a “enfrentar la informalidad, así como el desempleo estructural y de largo plazo, fortaleciendo los mercados laborales y teniendo sistemas de protección social adecuados.
- Finanzas. La declaración resaltó que la estabilidad del sistema financiero es crucial para sostener el crecimiento y el desarrollo. Por eso, se llamó a mejorar la capitalización y liquidez de los bancos y a hacer más seguros los mercados de productos derivados. En el primer caso, el foco estuvo puesto en los bancos de importancia sistémica global. Según la última actualización del Consejo de Estabilidad Financiera, ese grupo está integrado por 30 entidades entre las que sobresalen Santander, Bank of América, HSBC, Citigroup, BNP, JP Morgan Chase, BBVA, ICBC y Agricultural Bank of China. Lo que se decidió es que mantengan una capacidad de absorción de pérdidas adicional. También se avanzó en la formulación de un marco regulatorio para la llamada “banca sombra”, esas entidades, como por ejemplo hedge funds, que no son alcanzadas de lleno por los reguladores bancarios, pero después terminan siendo jugadores claves para explicar los estallidos financieros. En este ítem es donde además se le dio la bienvenida “al progreso realizado para el fortalecimiento de los procesos de reestructuración de deuda soberana ordenados y previsibles” (ver aparte).
- Impuestos. Los líderes acordaron tomar acciones para asegurar que el sistema fiscal internacional sea justo y para asegurar los flujos de ingresos públicos de los países. “Las ganancias deberán ser gravadas en donde se desarrollen las actividades económicas que derivan dichas ganancias y donde se crea el valor”, dice el texto. De este modo, se busca seguir avanzando para ponerle límite a las recurrentes estrategias de elusión fiscal que llevan adelante las multinacionales.
- FMI. El G-20 remarcó que está comprometido para mantener un Fondo Monetario Internacional fuerte, basado en cuotas y con recursos adecuados, pero volvió a criticar que no se avance con la última reforma aprobada que les daba más peso a los países emergentes. “Estamos profundamente decepcionados por la persistente demora en el progreso de las reformas de cuota y gobernanza del FMI acordadas en 2010.” Párrafos similares a este vienen siendo dedicados a Estados Unidos en todas las cumbres desde hace cuatro años, porque la reforma no avanza debido al bloqueo que ejerce la mayoría republicana en el Congreso de ese país. Mientras en muchas naciones del tercer mundo ven al FMI como un instrumento de dominación de las potencias centrales, ese particular grupo de fundamentalistas que controla el Congreso norteamericano considera que el organismo sólo sirve para destinar dinero de los contribuyentes al bienestar de otras naciones a las que incluso suelen calificar como “enemigas” de Estados Unidos. En ese contexto, el panorama no es alentador. Por lo tanto, se le pidió al FMI que, si Estados Unidos no da respuesta antes de fin de año, defina cómo seguir.
- Cambio climático y energía. El documento respaldó “una acción fuerte y efectiva para abordar el cambio climático”. Además, los presidentes aseguraron que “una mayor colaboración en energía es prioritaria” para el crecimiento económico y les solicitaron a los ministros de Economía que avancen en esa dirección.
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