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Finalmente, el Gobierno decidió postergar una vez más el anuncio del aumento de las retenciones a las exportaciones. Según dijeron ayer en Economía, “problemas administrativos” postergaron la difusión y, entre ellos, mencionaban la ausencia del ministro de la Producción, José Ignacio De Mendiguren, de viaje en China, quien supuestamente debería firmar la resolución correspondiente. Sin embargo, más allá de los problemas de forma, la realidad es que la presión de los lobbies sectoriales se hizo sentir hasta anoche. Más aún, si bien oficialmente se decía que el anuncio quedaría para hoy, en privado algunos funcionarios aseguraban que la medida sería publicada directamente en el Boletín Oficial entre el lunes y el martes próximo, como una manera de terminar con las presiones sectoriales de último momento.
El titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Enrique Crotto, salió desde ayer temprano a disparar contra la elevación de las retenciones para el agro en un tono amenazante. “El malhumor del campo hoy está más que justificado. El Gobierno está recorriendo el camino exactamente al revés. No descarto medidas de protesta”, afirmó, en una ronda de prensa convocada por la entidad. Luego habló del “sesgo claramente antiexportador” de la política oficial e ironizó: “Si este es el pacto para sacar al país adelante, mejor no pactemos nada”. En igual sentido se expresó el presidente de la Cámara de Exportadores, Enrique Mantilla: “La falta de estrategia obliga al Gobierno a ir detrás de los acontecimientos y a poner medidas que se presentan como ‘no queridas, pero inevitables’”, criticó. Nada dijo, en cambio, de las ganancias extraordinarias que embolsarán los exportadores gracias a una suba del dólar del 200 por ciento en apenas tres meses, un record para todas las experiencias devaluatorias en el mundo en las últimas dos décadas.
Sea como fuere, los cambios dispuestos serían los siguientes:
- Las retenciones para exportaciones de granos, harinas y aceites se elevarían de 10 al 20 por ciento, todos productos que aumentaron fuertemente sus precios en el mercado interno (ver página 5).
- Los producción primaria de las economías regionales se mantendrían en el 10 por ciento, aunque había presiones para que finalmente quedaran en 5 por ciento. Para la carne, en tanto, la alícuota sería del 5 por ciento.