La misión humanitaria europea llega hoy a Colombia en medio de un clima de total incertidumbre. El gobierno de Alvaro Uribe se comprometió a dar todas las garantías necesarias para dejar trabajar a los médicos y delegados franceses, españoles y suizos que aspiran poder tratar a Ingrid Betancourt y a los otros 39 rehenes que mantienen las FARC en algún lugar de la selva colombiana. Sin embargo, del lado de la guerrilla el silencio era ensordecedor. Los insurgentes no rechazaron la iniciativa del presidente Nicolas Sarkozy, pero tampoco la apoyaron. A esa falta de apoyo se suma la decisión de la Cruz Roja Internacional de no participar de la misión humanitaria, como suele hacerlo. “Sólo participamos si recibimos la solicitud de todas las partes comprometidas y por ahora la guerrilla no nos pidió nada”, explicó a este diario uno de los voceros de la organización, Carlos Ríos.

El avión con la delegación humanitaria partió ayer desde una base militar cerca de París y debía hacer escala en las Antillas. Lejos de los auspiciosos anuncios del martes, el Palacio del Elíseo se ocupó de mantener la misión en el más absoluto secreto. Algunos medios locales sostenían que entre la tripulación se encontraban el cuñado de Betancourt y director de las Américas de la Cancillería francesa, Daniel Parfait, y Noel Soez, ex cónsul francés en Bogotá y experimentado emisario para dialogar con las FARC. Del resto del equipo poco se sabe, excepto que hay enviados españoles y suizos. “Vienen profesionales de alto nivel, con mucha capacidad técnica, muy cualificados para prestar cualquier tipo de atención a los rehenes”, adelantó el comisionado para la Paz colombiano, Luis Carlos Restrepo.

El funcionario de Uribe también advirtió que antes de poder avanzar con la misión deberán esperar a que la guerrilla les dé un lugar preciso para empezar la incursión terrestre. “Sólo en ese momento sabremos en qué zona debemos suspender las operaciones militares”, explicó Restrepo. Si la operación se demora, agregó, la misión podría utilizar como punto intermedio la Guyana Francesa, el único territorio que el Elíseo mantiene en la región, al este de Venezuela.

Pero París y Bogotá no consiguieron contagiar su optimismo a los amigos y la familia de Betancourt. “No hay ningún compromiso concreto por parte de las FARC de recibir la misión médica. Hay algunas comunicaciones que se han cruzado con la guerrilla, pero no hay un compromiso concreto. La certeza que se tiene es que Ingrid está en estado delicado de salud”, aseguró su hermana, Astrid Betancourt, desde la capital francesa.

Lorenzo Delloye, el hijo de la rehén, también se mostró desesperado e hizo un último intento por tocar alguna fibra emocional del jefe máximo de la guerrilla, Manuel Marulanda. “En la selva colombiana, una mujer, mi madre, se dirige hacia la muerte”, dijo, mientras se esforzaba por mostrarse tranquilo. “Comandante Marulanda, el mundo lo está mirando. Usted debe decidir si quiere quedar para siempre como un criminal de guerra o si quiere entrar en los libros como un hombre”, agregó en la conferencia de prensa que convocó en París.

El director del diario comunista La Voz, y experimentado mediador en liberaciones de rehenes, también se mostró escéptico. “Por supuesto, si no hay la solicitud de parte de la guerrilla de las FARC estas acciones no podrán concretarse”, explicó Carlos Lozano. Según el periodista, el asesinato del vocero de la guerrilla, Raúl Reyes, dificultó la apertura de un nuevo diálogo. “La comunicación directa que tenían casi todos los facilitadores era a través de Raúl Reyes y tras su muerte se ha perdido ese contacto, es uno de los vacíos que hay”, señaló.

Ese es el desafío que tendrá la misión humanitaria europea. Antes de poner a trabajar a sus médicos, deberá lograr contactarse con la guerrilla y negociar algún tipo de salvoconducto para llegar a los rehenes. Aunque Betancourt es la prioridad, el canciller francés Bernard Kouchner y el gobierno colombiano prometieron atender a los 40 rehenes. Además de la secuestrada franco-colombiana, la guerrilla mantiene en cautiverio desde hace años al ex gobernador Alan Jara, al ex congresista Oscar Lizcano, al ex congresista regional Sigifredo López, a tres contratistas estadounidenses y a 34 policías y soldados capturados en combate.