EL MUNDO › BUSH PIDE AL CONGRESO PODERES EXTRAORDINARIOS CONTRA SADDAM
Volver al futuro en Irak y en EE.UU.
Otra vez Estados Unidos pide a Irak inspecciones irrestrictas. Otra vez Irak condiciona las inspecciones. Y otra vez se negocia en el Consejo de Seguridad. La única diferencia con las crisis de 1991-1998 son los turbios motivos internos de George W. Bush.
Por Nicholas Watt, Oliver Burkman y Nick Paton Walsh*
Desde Londres, Nueva York y Moscú
George W. Bush lanzó ayer el guante a Irak y a las Naciones Unidas enviando al Congreso un borrador de resolución sobre el tema. Aunque el lenguaje legal empleado puede ser digno de un tribunal, el mensaje político no pudo haber sido más claro. La resolución le dice a Irak: acepte los inspectores de armas en nuestros términos o enfrente la amenaza de una acción militar. Y a la ONU: únanse a Washington en una acción dura o resígnense a la irrelevancia política.
Funcionarios británicos quedaron aliviados ante la dura instancia planteada por la Casa Blanca, que pareció mostrar que los halcones de la administración, como el secretario de Defensa Donald Rumsfeld, estaban nuevamente en ascenso. Una fuente dijo: “Generalmente empiezan con Rumsfeld, pero siempre terminan en Colin Powell”, el moderado secretario de Estado. La fuente agregó que el lenguaje duro de la resolución estaba calculado para enviar a Saddam Hussein la advertencia de que su supervivencia estará en duda si intenta imponer nuevas condiciones a los inspectores de arma. Hubo temores de que Irak pudiera estar haciendo precisamente eso cuando anoche el presidente Saddam, en un mensaje a la ONU, dijo que los inspectores deberían respetar la soberanía de Irak, lo que es una expresión en código para la demanda de que se abstengan de visitar sus palacios presidenciales, que Estados Unidos y Gran Bretaña creen que son usados para almacenar armas de destrucción masiva.
Gran Bretaña pareció adoptar ayer una instancia de línea dura al decir “estamos trabajando para una nueva resolución de la ONU que establece un duro e intromisivo régimen de inspección, que permitiría una rápida prueba de si la oferta de Irak es genuina”. Una fuente dijo: “Se trata de poder entrevistar a cualquier persona relevante, inspeccionar cualquier equipo y ver cualquier papel”. Gran Bretaña también está determinada a establecer un cronograma estricto para que Saddam no pueda “jugar juegos nuevamente”, como lo expresó un funcionario. Esto podría incluir la admisión de inspecciones de armas inmediatamente después que se acuerde una resolución o, más probablemente, exigir que Irak firme su aceptación de la resolución en días. Hans Blix, jefe del equipo de inspectores, dijo que está en capacidad de enviarlo el 15 de octubre.
Gran Bretaña teme que Irak ya esté tratando de demorar el proceso. Los funcionarios se desalentaron cuando los diplomáticos iraquíes pidieron un aplazamiento en sus discusiones con Blix, para discutir “los arreglos prácticos”. Se dice, sin embargo, que Blix no está nervioso por la demora. Pero el canciller británico Jack Straw dijo: “Lo que es crucial es que la comunidad internacional, a través del Consejo de Seguridad, deje en claro a Irak que las inspecciones de armas deben llevarse a cabo sin condiciones, sin demoras, sin juegos”.
Las presiones diplomáticas se relajaron un poco cuando Rusia inesperadamente endureció su posición contra Irak el miércoles por la tarde, al declarar que Moscú apoyaría una acción militar de Estados Unidos si Bagdad demuestra estar llevando a cabo una programa de armas de destrucción masiva. Rusia parecía haber puesto en peligro las oportunidades de una nueva resolución cuando su canciller Igor Ivanov. dijo que nada era necesario a la luz de la oferta iraquí. Pero el ministro de Defensa ruso Sergei Ivanov dijo al llegar a Washington que “la posición de Moscú con respecto a una operación militar contra Irak dependerá de la información que nos de Estados Unidos sobre la posesión de armas de destrucción masiva de Bagdad”. Ivanov pediría ver tal evidencia durante los dos días de reuniones con la administración Bush.
Estos comentarios son un marcado apartamiento de la “solución pacífica” abogada por Ivanov en la ONU tan recientemente como el lunes. Ahora Rusia aparentemente apoyaría una acción unilateral de Estados Unidos sin la necesidad de más resoluciones de la ONU. Las declaraciones de Ivanov serán vistas como un intento de Rusia de recordar a la administración Bush su potencial utilidad como aliado. Los analistas creen que Rusia está ofreciendo no usar su derecho a vetar acciones militares en el Consejo de Seguridad a cambio de garantías sobre sus lucrativos contratos petroleros y de construcción en Irak, y los 7000 millones de dólares que Bagdad le debe a Moscú de préstamos soviéticos.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.