EL MUNDO › CELSO DANIEL HABRIA SIDO ASESINADO POR PARAMILITARES
28 tiros por elevación a Lula
Brasil seguía ayer en estado de conmoción política tras el asesinato de Celso Daniel, segundo alcalde del PT en ser muerto en cinco meses. Las sospechas apuntan a organizaciones paramilitares.
El espectro de una conspiración para frustrar la marcha de Partido de los Trabajadores hacia la presidencia de Brasil gravitaba ayer fuertemente después del entierro de Celso Daniel, alcalde de la ciudad industrial de Santo André, en la periferia de San Pablo, quien fue muerto el sábado en el segundo homicidio de un destacado miembro del PT en cinco meses. “Vamos a comportarnos como si hubiera un complot político contra nosotros, vamos a tomar esa ola de atentados como políticos”, dijo el diputado José Dirceu, presidente nacional del partido, durante una ceremonia religiosa de homenaje a Daniel, uno de los dirigentes más respetados del PT, asesor destacado de Luiz Inácio Lula Da Silva y responsable de la formulación del programa de gobierno del partido con miras a las elecciones presidenciales de octubre.
Lula encabeza las encuestas de opinión para los comicios, razón por la cual posiblemente ayer haya decidido poner paños fríos sobre las hipótesis políticas, declarando que “lo que sucedió con Celso sucede todos los santos días con la población brasileña. Es necesario que pase alguna cosa con el Papa para que nos demos cuenta de que mueren legos en este país” declaró Lula, en aparente contradicción con miembros de su propio partido. Lula también dijo que el secuestro y asesinato de Daniel “declara la quiebra del sistema de seguridad del país”. En setiembre fue asesinado el alcalde de Campinas, Antonio da Costa Santos, también del PT, y numerosos dirigentes del PT han denunciado amenazas de muerte en los últimos meses, atribuidas a un hasta ahora desconocido grupo ultraizquierdista autodenominado Fuerzas Armadas Revolucionarias de Brasil (FARB), que reivindica su campaña como un castigo contra los políticos de izquierda que se mueven hacia el centro. La inverosimilitud de esta organización está llevando a muchos a pensar que se trata de paramilitares o de agentes de inteligencia que buscan imponer en el electorado la idea de que un gobierno del PT equivale a caos.
Fuera de Lula, el énfasis del resto del partido se centró en la hipótesis política. Dirceu, por ejemplo, afirmó que “luego del asesinato de dos alcaldes del PT en poco más de cuatro meses, si yo no encaro esto como una cuestión política, soy un irresponsable”. También para José Dos Santos. gobernador de Mato Grosso do Sul, el secuestro y asesinato de Daniel fue “un crimen político. Cada vez más de nosotros creemos en eso”. Dos Santos, más conocido como Zeca del PT, citó las amenazas contra Lula, Daniel y otros 37 alcaldes del PT realizadas en noviembre bajo el sello de las FARB. Aloisio Mercadante. uno de los principales líderes partidario, dijo respecto a estas últimas que “no se sabe quiénes son, pero sugiere una estructura organizada en varias ciudades, tal vez un grupo de extrema derecha”. Agregó que “nuestra principal hipótesis es el crimen político, aunque consideró una segunda posibilidad: los dos alcaldes asesinados emprendieron “campañas contra el narcotráfico y el crimen organizado en sus ciudades”, lo que pudo provocar una represalia.
Por el momento, no hay pistas sobre el asesinato, aunque la gobernación de San Pablo ofreció ayer una recompensa de 22.000 dólares para quien suministre información que lleve al arresto de los asesinos, y el presidente Fernando Henrique Cardoso declaró que debía emprenderse una “guerra contra el crimen organizado”. Pero nadie piensa que pueda haberse tratado de un crimen accidental por obra de delincuentes comunes. Una razón es el método del secuestro. Daniel salía de cenar de un restaurante de moda y había aceptado la invitación de un empresario a alcanzarlo hasta su casa en una camioneta; y cuando los secuestradores irrumpieron en el vehículo, hicieron bajarse al empresario y al chofer y emprendieron la fuga con Daniel. Otro motivo es el singular ensañamiento mostrado por la víctima, que recibió no menos de 28 balazos y terminó con el rostro desfigurado.
Ayer, el velatorio de Daniel atrajo a millares de pobladores de la ciudad, que hicieron fila bajo el incandescente sol del verano austral para despedirse del popular alcalde, elegido tres veces al cargo. Elcortejo hacia el cementerio fue acompañado por una larga fila de seguidores, acompañados de un camión de bomberos que llevaba la bandera roja del PT. “Es como si hubiera perdido un hermano”, comentó indignado Silvio Araujo, un guarda de seguridad de 30 años. “Espero que este caso no acabe en nada, como la muerte de Toninho del PT”, dijo sobre Costa Santos, cuya muerte no ha sido aclarada.
Pero la mayor preocupación del PT es evitar que sus militantes continúen siendo víctimas de asesinos anónimos. “Nosotros no vamos a enterrar más alcaldes y alcaldesas del PT”, dijo exaltado Dirceu, quien tiene previsto encontrarse hoy en Brasilia con el presidente Fernando Henrique Cardoso, en compañía del candidato presidencial del PT, Luiz Inácio Lula da Silva. Mercadante, uno de los que han sido amenazados, dijo que los integrantes de la cúpula del partido deberán andar con guardaespaldas. “Infelizmente no tengo otra alternativa”, dijo Mercadante.
Por lo pronto, el gobernador paulista Gerardo Alckmin se reunió ayer con Cardoso y le propuso seis medidas a ser implementadas por ley para combatir la violencia, y que implican un endurecimiento de las disposiciones vigentes. El PT, por su parte, ha dicho que la lucha contra el crimen organizado tendrá tanta importancia como la economía en su próxima campaña electoral.