EL MUNDO › MAS SONDEOS COLOCAN A LULA CERCA DEL TRIUNFO

Ser o no ser en primera vuelta

Mientras más encuestas ubican a Lula a dos o tres puntos de una victoria absoluta el domingo, el gobierno salió a pegarle en boca de Cardoso y del ministro de Hacienda Pedro Malán para evitarla.

Las encuestas, los mercados, los rivales, hasta el presidente Fernando Henrique Cardoso están en un doble juego con Luiz Inácio Lula da Silva: lo tratan como el casi seguro próximo presidente de Brasil, pero al menos intentan que no lo logre en la primera vuelta. Dos sondeos revelados ayer le dan a Lula una cómoda ventaja para el domingo, pero uno de ellos afirma que habrá ballottage. La Bolsa paulista y el real comenzaron la jornada con un desplome infernal, pero después cerraron en niveles parecidos a los del viernes, mientras el Financial Times elogiaba la seriedad de Lula. Los dirigentes cercanos a Ciro Gomes siguen especulando con bajarlo de la candidatura para permitir el triunfo de Lula, pero Ciro se niega a hacerlo. Y Cardoso se habría reunido con Lula para asegurarse de que no habrá investigaciones sobre su acción de gobierno, mientras por la tarde iba a Belo Horizonte a pedir públicamente el voto para su delfín caído en desgracia, José Serra. Pedro Malán también hizo una advertencia a Lula.
En una conferencia de prensa con corresponsales extranjeros, Lula buscó bajar el nivel de histeria que sigue creciendo a medida que él se acerca a la presidencia. “Las turbulencias financieras posiblemente obedezcan a una mezcla de algunos bancos extranjeros, con una mezcla de bancos brasileños, intentando hacer de la especulación una forma de ganar dinero fácil”, explicó. “Pero no tengan dudas de que Brasil no quiebra. Ya salimos de crisis peores”, continuó, y reiteró una vez más su compromiso de honrar todos los contratos firmados por el país. Fue su candidato a vice, el empresario evangelista José Alencar, quien explicó cuáles son los límites de estos cumplimientos. “Para pagar la deuda es necesario que se reactive el crecimiento. Si crece la pobreza, ¿cómo vamos a pagar la deuda? Por eso necesitamos que haya una baja en las tasas de interés. Es importante que se mantenga la estabilidad monetaria, pero para esto es necesario que se vuelva a condiciones de crecimiento de la economía”, señaló.
Ayer se conocieron dos nuevas encuestas. La de Vox Populi, divulgada por el diario Correio Braziliense, reveló que Lula pasó del 41 al 43 por ciento y que alcanzaría el 48 por ciento de los votos válidos, apenas dos puntos debajo de la victoria en primera vuelta. Serra aparece segundo, con un 18 por ciento, pero en un cuasi empate técnico con el candidato socialista Anthony Garotinho, con el 15 por ciento. El otro sondeo, del Instituto Sensus, confirmó el empate entre Serra y Garotinho, pero el 46,6 por ciento proyectado a Lula hablaría de un ballottage. El director de la empresa, Ricardo Guedes, aseguró que existe un 90 por ciento de probabilidades de que haya una segunda vuelta.
Hasta los votos financieros internacionales estarían inclinándose hacia Lula. Quizá no sea el caso de los especuladores que actúan en Brasil, pero sí del influyente diario británico Financial Times, quien editorializó ayer que los mercados debían dar “una chance a Brasil y a Lula”, y si bien justificó la incertidumbre de los inversores, advirtió que “especular con el colapso también lo hace más probable”. Por su parte, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, aseguró en una entrevista para Le Monde que Lula mantendrá “una política seria” y “los mercados negociarán con él” en caso de conquistar la presidencia de Brasil. El dólar llegó a trepar a cuatro reales a media jornada pero cerró a 3,76, un poco menos que el cierre del viernes, y la bolsa paulista cayó un 1,07 por ciento.
Pero el gobierno no se hace a la idea de quedar derrotado en primera vuelta y Cardoso se subió por primera vez en la campaña a un estrado junto a Serra para pedir el voto por su candidato y denostar a Lula por “querer vender con cara de nuevo lo que es viejo”, en alusión a su extracción de izquierda. Cardoso venía de cerrar un acuerdo financiero con el gobernador del estado de Minas Gerais, Itamar Franco, y de –según algunas versiones- lograr que éste declinara de apoyar a Lula el domingo.
Otra ofensiva del gobierno contra Lula vino de la voz del ministro de Hacienda, Pedro Malán, quien insistió en la conveniencia de mantener a Arminio Fraga al frente del Banco Central durante los primeros meses degestión del próximo gobierno, por razones “operativas”. Lula ya había dicho la semana pasada que removería a Fraga de su cargo y volvió a decírselo ayer a Malán. “No vamos a designar a los ministros por presión del mercado, sino en base a los intereses del país. No tengo ningún problema personal con Fraga, y lo considero como un técnico competente. Pero tenemos en Brasil a más de dos decenas de técnicos con la misma competencia, que conocen la sensibilidad del mercado, pero también son sensibles a la cuestión del hambre y de la miseria”, dijo Lula.
Ahora la campaña del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula se concentrará en el lanzamiento de dos millones de militantes a las calles, según el dirigente Francisco Campos, y en concretar los amagos de renuncia de Ciro Gomes, lanzados por el filósofo Roberto Mangabeira Unger y por el dirigente laborista Leonel Brizola, pilares de la campaña de Gomes.

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Lula está tranquilo y sonríe: continúan los embates para alargar la definición.
La última oportunidad de sus rivales será durante el debate televisivo de mañana.
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