EL PAíS › SUPERAVIT COMERCIAL DE 1387 MILLONES DE DOLARES EN AGOSTO
¿Y dónde están los billetes verdes?
Por Claudio Scaletta
El intercambio comercial mostró en agosto un superávit de 1387 millones de dólares y acumula 10.959 en los primeros ocho meses del año. Frente a la evolución de otros indicadores de las cuentas públicas, como la pérdida de reservas internacionales por más de 5000 millones, estas cifras evidencian que la economía argentina enfrenta una fuerte fuga de capitales que insumiría el total del excedente comercial. Y estos son sólo los números “en blanco”, es decir, los registrados por el Indec. En el actual contexto, la insólita caída interanual de exportaciones reflejaría también un proceso de subfacturación de las ventas al exterior.
La pregunta que preocupa a la conducción económica es dónde están los dólares del superávit comercial, pues ni siquiera su volumen en blanco se condice con las liquidaciones sucesivamente informadas por el Banco Central en lo que va del año. Según los datos del balance de pagos para el primer semestre, la fuga de capitales alcanzó los 8574 millones de dólares. Es probable que, cuando se conozcan los datos de julio y agosto, la fuga iguale o supere los casi 11 mil millones de superávit comercial.
Frente a este escenario, en Economía analizan una batería de medidas de control. La mira está puesta en el 70 por ciento del ingreso por exportaciones que las petroleras pueden dejar en el exterior y en las compras de acciones extranjeras que se les permiten a las AFJP. El tercer problema está en las normativas para la liquidación de las exportaciones. Algunos miembros del equipo de Roberto Lavagna creen que mantener el actual régimen cambiario en un escenario de turbulencia es sinónimo de drenaje de capitales.
De acuerdo con los datos conocidos ayer, los 2151 millones de dólares exportados en agosto significaron una caída del 15 por ciento respecto a igual mes de 2001. Mucho más que el 8 por ciento medido para los ocho primeros meses, 16.768 millones en 2002 contra 18.264 en 2001. Para la encuesta oficial, las causas de esta retracción deben buscarse principalmente en la disminución de las cantidades exportadas (13 por ciento en agosto), pues los precios se mantuvieron sin mayores variaciones. Este último dato contrasta con la evolución de los valores de los productos argentinos en los mercados internacionales, donde la mayoría de los rubros mostraron variaciones positivas. Precisamente por esto, además de apurar la normativa y plazos de liquidación, en Economía evalúan la creación de una unidad específica de control de las exportaciones dentro de la propia DGA, organismo que no estaría trabajando en línea con los resultados esperados.
La clave del mantenimiento del superávit continúa estando en la significativa disminución de las importaciones, que pasaron de 15.112 millones en los primeros ocho meses de 2001 a 5808 millones en 2002. Esto es, una caída del 62 por ciento. El dato de agosto, 764 millones, representó una baja interanual del 58 por ciento: 55 por ciento explicado por las menores cantidades ingresadas y 7 por ciento por la disminución de precios. En este caso la retracción se debió a dos datos bien conocidos: los mayores precios en pesos y la fuerte recesión del mercado interno.
En cuando a la composición de los flujos del comercio de bienes, en los primeros ocho meses de 2002 se consolidó el modelo dependiente exportador de recursos naturales y productos primarios e importador de productos de mayor valor agregado. Así, el 16 por ciento de las exportaciones fueron combustibles y energía, el 24 por ciento bienes primarios, el 30 por ciento manufacturas de origen agropecuario y el 30 por ciento remanente, manufacturas de origen industrial. En cambio, las importaciones fueron el 47 por ciento bienes intermedios, el 14 por ciento bienes de consumo, otro 14 por ciento bienes de capital, 17 por ciento piezas y accesorios para bienes de capital. El restante 8 por ciento lo compusieron automotores y combustibles.
En cuanto al destino de las exportaciones, las ventas al Mercosur cayeron, siempre en los primeros ocho meses, el 27 por ciento, mientrasque las destinadas a la Unión Europea crecieron el 13 por ciento y las exportadas al Nafta se mantuvieron sin variaciones.