El presidente de Ucrania, Victor Yushenko, acusó a los diputados de orquestar un “golpe de Estado” y amenazó con disolver el Parlamento en medio de una nueva crisis política que azota al país y que se desató por la aprobación de leyes que merman el poder del jefe del Ejecutivo. La mayoría de los legisladores miembros del partido de Yushenko abandonaron la coalición que sostiene a la primera ministra Yulia Timoshenko, quien ahora tiene treinta días para formar una nueva, ya sea renegociando con la organización del presidente o poniéndose de acuerdo con Victor Yanukovich, líder del partido de las Regiones y rival de la Revolución Naranja.

Yushenko subrayó que se tomaron “decisiones antiucranianas y antiestatales”, particularmente –señaló– con los votos del Bloque de Yulia Timoshenko, el partido de las Regiones y los comunistas se ha renovado la ley sobre el gobierno, que ignora los decretos presidenciales y las resoluciones del Consejo de Seguridad Nacional y de acuerdo con la cual el primer ministro es nombrado, “anticonstitucionalmente”, es decir, por los parlamentarios, sin que en ello intervenga el jefe del Estado.